En el “Año Europeo de los Ciudadanos” y con la vista puesta en las próximas elecciones al Parlamento Europeo, ADICAE ha organizado en Madrid el encuentro “Los consumidores y el futuro de los medios de pago en España y en la Unión Europea” para abordar la situación actual de los consumidores españoles y europeos ante un sector, el de los medios de pago electrónico, que está siendo objeto de importantes novedades y proyectos regulatorios en el ámbito de la Unión Europea.
Comerciantes, consumidores y operadores de tarjetas, han mostrado su acuerdo en que es necesario mejorar y completar la regulación en curso sobre tarjetas a nivel europeo, con un enfoque global que aborde no sólo el desarrollo tecnológico de los medios de pago electrónicos, sino también sus costes, sus comisiones, y bajo qué condiciones se comercializan.
Las tarjetas son usadas a diario por millones de usuarios
En este sentido, uno de cada siete euros en pagos ya se está realizando a través de medios electrónicos, y la tendencia es que el peso de estas transacciones se duplique en cinco años.
ADICAE denuncia que el principal precedente de la regulación que ha planteado la Comisión Europea para limitar las tasas de intercambio (el acuerdo de 2005 entre comercio y entidades bancarias) está detrás del hecho de que los consumidores españoles sufran las comisiones y los intereses más elevados de Europa por sus tarjetas, sean de débito o de crédito.
“No sólo han aumentado las comisiones, sino que los tipos de interés estaban en 2010 cerca del 20%, cuando en el resto de la Unión Europea apenas superaban el 16%”, recuerda Fernando Herrero, responsable de Comunicación de ADICAE. Y han seguido aumentando desde 2010. En marzo de 2013, el diferencial entre la Unión Europea y España ya estaba por encima de 400 puntos porcentuales. Ello ha significado un sobrecoste para los consumidores de 2.300 millones de euros.
La asociación defendió en el debate que “hay que regular las comisiones que se apliquen al consumidor, no tanto fijar los importes, sino fijar bien las reglas del juego”, señala Fernando Herrero.
En parecidos términos se expresaba el catedrático de Economía Financiera de la Universidad de Alcalá de Henares, José Antonio Gozalo. “El problema del uso de las tarjetas es autoconcederse créditos”, afirma. Por ello “el consumidor debería tener alguna protección más en este sentido. Los intereses son bastante altos, deberían estar más protegidos los usuarios, porque la compra a crédito no debería ser un estigma, debería hacerse en condiciones más favorables al consumidor, pues tiene poder para reactivar la economía y la propia actividad comercial”.
El director general de Euro6000, Ángel Nigorra, recogió el guante respecto a la necesidad de que todos los implicados en el pago electrónico, comercio, consumidores y emisores de tarjetas, lleguen a buen entendimiento en pos de un desarrollo de los medios de pago que, a su juicio, aún es insuficiente en España. Plantea Nigorra un plan específico de implantación de medios de pago en España, pues a su juicio hay factores culturales y sociales que desincentivan el desarrollo de este sector en España.
Sin embargo, minimiza los abusos que se cometen en la comercialización y la gestión de estos medios de pago, aboga por evitar un “exceso de información” a los consumidores que aumente “la complejidad” y la traslade a los usuarios, y se muestra dispuesto a rebajar gastos y comisiones en transacciones “con potencial de implantación”, como compras por debajo de diez euros.
En respuesta, el portavoz de la patronal de comercio Copyme, Salvador Bellido, considera que “el consumidor tiene que ser el rey, al pequeño comercio le interesa atraer al consumidor, no enfrentarse a él”. Por eso muestra su postura favorable a regular las tasas e intervenir en el libre mercado para evitar desequilibrios: “No hay enfrentamiento por parte de Copyme con lo que plantea ADICAE. El comercio es el primer interesado en que las tasas, los gastos y las comisiones del uso de tarjetas sean bajas, tanto para el consumidor como para el comercio”.
