Las estadísticas del Banco de España no dejan lugar a dudas, y confirman que la remuneración que obtienen los consumidores por contratar depósitos a plazo fijo ha ido en exponencial descenso desde los meses de otoño de 2012 hasta el momento actual. Hace año y medio, la remuneración media de los plazos fijos era del 2,91%, y había ofertas que superaban el 4% en determinadas condiciones. Ahora, estos intereses están de media en el 1,35%, y son del 1,2% para plazos a un año.

Para encontrar ofertas que superen el 2%, es imprescindible aportar entre 25.000 y 50.000 euros, como demuestran los datos del comparador de depósitos de ADICAE así como la contratación de una serie de productos vinculados que implican más gastos, más comisiones y más beneficios para las entidades bancarias a costa del bolsillo del ahorrador. Si no, la rentabilidad de los plazos fijos es excepcionalmente exigua, un 53% inferior en apenas año y medio, en un fenómeno que, además, continuará en los meses siguientes.

Porque las propias entidades financieras reconocen sin rubor alguno que todavía rebajarán aún más las remuneraciones de sus depósitos. Las previsiones del Banco Sabadell apuntan a que el descenso continúe y el sector pague incluso por debajo del 1% en los depósitos a un año. «La dinámica actual sí hace pensar que el precio de los depósitos esté por debajo del 1% en el plazo de un año», confirmó Tomás Varela, director financiero del Sabadell, en declaraciones a Vozpopuli.com.

 Objetivo, más riesgo por el ahorro 

Estas cifras recuerdan la magnitud de la estrategia bancaria de desincentivar el pequeño ahorro en depósitos para convertirlo en capital inversor con el que cuadrar balances bancarios minimizando los compromisos que asume la banca. Fondos de inversión de todo tipo, con rentabilidades no del todo transparentes y referenciados en muchos casos a índices imprevisibles; seguros de ahorro o planes de ahorro a largo plazo; e incluso acciones o productos tóxicos son las alternativas hacia las que la banca quiere dirigir el ahorro de los consumidores, con el riesgo que conlleva todo ello, la liquidez atrapada y sin garantía de los fondos estatales de cobertura.

A pesar de la publicidad bancaria, los ahorros familiares incluidos en depósitos aumentan a medida que va transcurriendo la crisis, de tal manera que la mitad de todos los depósitos que tiene la banca española son de familias, de consumidores. Los diferentes barómetros del Ahorro y la Inversión de la patronal Inverco confirman que el perfil habitual del ahorrador en España es ‘puramente ahorrador’, sin ganas de riesgo y de inversiones. Seis de cada diez inversores en España son «conservadores», casi el triple que lo que este Barómetro detectaba en 2009.

Sin embargo, la cuestión es que los depósitos en España son ya hasta un 20% menos rentables que la media europea; el interés del dinero para el BCE es el mismo para toda la Unión Europea, pero su aplicación dista mucho de ser uniforme en la banca española y la de otros países. Los intereses hipotecarios en España no bajan, y están muy por encima del 4% pero los depósitos enseguida se han colocado a la par que ese 0,25% marcado por el Banco Central Europeo. Beneficio máximo a costa de nuestro bolsillo.

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