Lejos de aminorarse, el volumen de créditos de difícil cobro cuyos titulares son consumidores no deja de aumentar, señal inequívoca de que la situación económica para los ciudadanos, lejos de mejorar, sigue siendo dramática. Los abusos cometidos por las entidades financieras a la hora de conceder créditos a los usuarios, ahora notorios debido a la merma de ingresos de los hogares por la crisis, siguen provocando un aumento ininterrumpido de la morosidad crediticia entre particulares, que está ya en el 7%, contando tanto préstamos hipotecarios como créditos al consumo.

Así lo confiesa el Banco de España en su última estadística al respecto, que confirma una tendencia comenzada al inicio de la crisis y que no está siendo corregida. El año 2007 empezaba con un volumen de créditos de consumidores de cobro dudoso que estaba apenas por encima de los 5.000 millones de euros, un 0,7% del importe total pendiente de pago. A partir de ahí, año a año, más crédito en mora y más tasa de morosidad de las familias españolas. A lo largo de 2009 la cifra de crédito dudoso ya superó los 25.000 millones de euros, para permanecer entre los 27.000 y los 29.000 durante los dos años siguientes.

Hasta que el recrudecimiento de la crisis ha vuelto a disparar estas cifras, que suponen ya la confirmación de que la amenaza del sobreendeudamiento pende sobre los bolsillos de millones de consumidores. Durante 2012 el volumen de hipotecas y créditos al consumo de cobro difícil se situó ya por encima de los 35.000 millones de euros, para acercarse y superar los 40.000 millones a lo largo de 2013. Todo ello hasta cierre del año pasado; 2014 comenzaba con una cifra de crédito en mora de 49.424 millones de euros, el 6,9% del saldo de crédito que aún está pendiente de pagarse.

 La deuda total baja, pero muy lentamente 

Estas cifras prueban dos cosas irrefutables. La primera, que la situación económica de las familias españolas, lejos de mejorar, sigue empeorando. La segunda, que los abusos perpetrados por las entidades financieras a la hora de conceder créditos no tuvieron límites. Altos intereses, gastos vinculados, renegociaciones y refinanciaciones en condiciones abusivas… Un vistazo a la evolución anual de los datos del Banco de España confirma un hecho cuyo origen está en estos abusos: el saldo vivo de crédito global en España, de consumidores y de empresas, ha bajado exponencialmente desde que comenzó la crisis, casi un 25% desde 2008.

Sin embargo, el saldo de crédito vivo a consumidores, a particulares, no está bajando ni mucho menos al mismo ritmo. Las familias están teniendo serios problemas para ponerse al día con sus pagos y cancelar sus préstamos pendientes. Sus inagotables esfuerzos les han permitido rebajar este saldo vivo tan solo un 12% desde 2010, un ritmo la mitad de lento que el de las empresas y las propias entidades bancarias. Los cconsumidores comenzaron la crisis con 820.000 millones de saldo crediticio pendiente, y ahora todavía mantienen cerca de 715.000 millones. De esta forma, a pesar de los esfuerzos de los consumidores por responder ante sus deudas, y la moderación y el consumo responsable del que hacen gala durante esta inacabable crisis, las víctimas de la burbuja de crédito de los años anteriores no dejan de aumentar.

 Por una regulación del sobreendeudamiento 

Segunda oportunidad, refinanciación en condiciones justas, adaptación del pago de la deuda a los ingresos del deudor, moderación de los intereses moratorios… Todas éstas, y otras muchas, son medidas absolutamente imprescindibles que ADICAE lleva ya tiempo promoviendo y cuyo retardo está agravando de manera acelerada la situación de estos millones de consumidores sometidos al sobrendeudamiento. Millones, y cada vez más, según las cifras que publica el Banco de España.

ADICAE insiste, «el hecho de que la morosidad aumente a pesar de la contención del gasto por parte de los consumidores y de la reducción del crédito vivo expresa no sólo un grave riesgo de crecimiento de los impagos, sino un desequilibrio sin atender por la normativa que ha sido generado por el propio sector financiero». La banca, con su actitud absolutamente cerrada a cambios en su proceder crediticio, totalmente obstinada en ignorar las reivindicaciones de los consumidores, y centrada exclusivamente en su beneficio cortoplacista a costa de lo que sea, es ya responsable casi exclusiva de la situación a la que ha condenado y va a seguir condenando a un porcentaje ya muy apreciable de la población española.

Por ello ADICAE continúa insistiendo ante las instituciones, y especialmente ante los grupos parlamentarios en el marco de la reforma de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios que mañana se aborda en la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados, en la necesidad urgente de establecer una regulación que, además de prevenir el sobrendeudamiento, contemple medidas de respuesta ante una situación a la que se exponen millones de consumidores en España en el corto y medio plazo.

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