“Esta información no debe estar en nuestras oficinas a la vista de los clientes”. Es una de las primeras frases del argumentario de venta de participaciones preferentes de la emisión de Caja Madrid 2009 al que ha tenido acceso ADICAE, y con la que queda claro que, de caer en manos de los clientes, estos hubieran conocido la verdadera naturaleza de las participaciones preferentes. En este documento se reconoce que son un producto que le sirvió a la caja para incrementar sus recursos propios, algo que “incluso las entidades con mejor calificación” estaban haciendo, por lo que era “una práctica habitual”.

Uno de los objetivos de la caja madrileña era buscar “preferentemente la captación de dinero nuevo de otras entidades financieras”. En esta estrategia la entidad daba mucha importancia a la labor comercial, no solo en las oficinas, sino también a través de redes externas como la Red Agencial MAPFRE, indicando que “la comercialización de esta emisión será vinculable y comisionable para MAPFRE”.

Según este documento, emitido por la Dirección de Zona de Toledo, los objetivos de venta eran ambiciosos: Canjear el 100% de la emisión 2004 (12,5 millones de euros), suscribir 29,7 millones de euros adicionales de nuevas preferentes, y hacer “50.000 euros diarios de producción” en oficinas grandes, 35.000 en medianas y 20.000 en pequeñas. Obsérvese la palabra ‘producción’, no venta, signo inequívoco de que Caja Madrid trataba a los futuros preferentistas como mercancía.

En el argumentario de venta se hace un repaso de qué público objetivo tenía la emisión de participaciones preferentes de Caja Madrid 2004. Caja Madrid planeó vender preferentes a todo tipo de clientes, cuando se trataba únicamente de un producto destinado a inversores expertos. ¿Cómo es posible que 822 menores de 14 años sean expertos en inversiones financieras? ¿Comerció Caja Madrid con cuentas de ahorro infantiles, pasando el dinero de las mismas a las participaciones preferentes?

El documento también revela que la de 2009 era una “emisión vital para la entidad”, con “importantes objetivos comerciales de canje y suscripción”, una “oportunidad única para cumplir objetivos” y en la que “todos debemos participar en la venta activa. Acciones de la Caja. Nuestra empresa”. ¿Acciones de la Caja? ¿Intentó Caja Madrid hacer creer a sus comerciales que estaban vendiendo acciones en lugar de un producto de riesgo como las participaciones preferentes?

Este, y otros documentos obtenidos por ADICAE, permiten a la asociación intensificar su actuación judicial en el ‘caso Bankia’, ya que los argumentarios de venta de Bankia demuestran que la situación era casi de quiebra técnica. Tras las declaraciones de Blesa y el resto de exconsejeros y exdirectivos de la entidad madrileña, ADICAE solicitará nuevas diligencias en la Audiencia Nacional.

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