El informe emitido por el supervisor bursátil europeo, ESMA (European Securities and Markets Regulator) destaca, tal y como publica la CNMV en su web y medios de comunicación como Expansión, que en la actualidad «algunos de estos productos están diseñados para permitir a los inversores minoristas el acceso a diferentes tipos de activos (acciones, obligaciones, materias primas) y a estrategias de inversión que antes sólo estaban disponibles para los inversores profesionales».

Una primera rémora, de la que provienen todas las demás. Señala esta reseña de la CNMV que «los productos complejos se suelen comercializar de una manera agresiva. Los anuncios a veces recurren a consignas atractivas, como rentabilidad absoluta, garantizada y crecimiento cubierto, o anuncian unos beneficios muy superiores a los que ofrecen las cuentas de depósito actualmente disponibles en los bancos».

De ahí que la ESMA incluya en su informe una lista con los «cinco principales riesgos e inconvenientes de la inversión en productos complejos». Llega la advertencia, en realidad, cinco años tarde; si los supervisores hubieran prestado esta misma atención en los años en los que comenzaban a comercializarse productos como las preferentes, quizás los cientos de miles de ahorradores afectados habrían tenido opción de resguardar sus ahorros y los miles de millones de euros defraudados seguirían en sus cuentas corrientes.

 Cúmulo de riesgos 

Riesgo de liquidez: «El riesgo de liquidez es el riesgo de no poder vender el producto fácilmente si es necesario hacerlo antes de su vencimiento. Si su producto no es líquido, como suele ocurrir en el caso de los productos complejos, es muy probable que tenga que vender el producto con un importante descuento respecto al precio de compra (y, por lo tanto, perdiendo dinero), o incluso que no sea capaz de venderlo», dice la ESMA.

[entresacado]Los productos complejos se suelen comercializar de una manera agresiva, sobrecomunicando los beneficios posibles e ignorando torticeramente sus riesgos subyacentes[/entresacado]

Riesgo de apalancamiento: «Apalancamiento es un término empleado para describir modalidades o estrategias destinadas a multiplicar las ganancias y las pérdidas potenciales, como en el caso de los préstamos monetarios o del uso de productos como los derivados. Si usted es el destinatario de una sugerencia para invertir con apalancamiento con el objeto de obtener posiblemente una mayor rentabilidad, debe tener en cuenta que el apalancamiento puede multiplicar fácilmente las pérdidas también».

Riesgo de mercado: «El riesgo de mercado es el riesgo de registrar pérdidas derivadas de los movimientos en los precios de mercado. Los productos complejos pueden exponerle a diversos riesgos de mercado, ya que con frecuencia están diseñados para invertir en mercados subyacentes distintos (por ejemplo, en acciones, tipos de interés, tipos de cambio, materias primas)».

Riesgo de crédito: «El riesgo crediticio es el riesgo de que el emisor del producto o la empresa que lo gestiona no pague e incumpla su obligación contractual de reembolsarle su inversión». Y coste de complejidad: «Las estructuras complejas en un producto implican que el producto tiene un coste más elevado porque usted paga por las características subyacentes del mismo. Además, los honorarios y las comisiones generalmente se incluyen en la estructura de los productos y, por lo tanto, no son fáciles de detectar».

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