España acumula un stock de viviendas nuevas sin vender que asciende a más de 670.000, según datos del Ministerio de Fomento, consecuencia visible de un modelo económico profundamente equivocado derivado de años de irresponsables prácticas crediticias de las entidades bancarias en colaboración con una Administración pública relajada y miope. Este stock permanece casi inalterado desde hace tres años, y podría dar cobijo a dos millones de españoles.
Atendiendo a las cifras de Fomento, más de la mitad de este volumen de inmuebles sin salida en el mercado se concentra en las provincias del arco mediterráneo, comenzó a edificarse entre 2006 y 2008 y supone un porcentaje de un 2,6% respecto del parque total de viviendas en España, que ascendería según estas cifras a más de 25,7 millones de inmuebles. Teniendo en cuenta que el número de hogares registrados por el INE está en alrededor de 16 millones, hay casi diez millones de pisos que entrarían en el mercado de segundas residencias, un volumen hipertrofiado, concentrado en efecto en las zonas más turísticas, señal del evidente desajuste entre oferta y demanda natural ocasionado durante los años del boom del ladrillo.
Un stock que ‘quema’
El problema fundamental con este volumen de viviendas sin vender estriba en que es un activo convertido en pasivo, pues fue actividad económica financiada a través de créditos a promotores ahora sin apenas posibilidad de retorno. Según las estimaciones de precio de vivienda que se han ido tomando en los años anteriores a la crisis, esos 670.000 pisos vacíos habrían sido construidos con una expectativa de venta total de entre 100.000 y 150.000 millones de euros. Evidentemente, eso ya no es posible, y cada día que pasa el valor de estos inmuebles es cada vez menor al hilo de una demanda completamente paralizada.
Así, si atendemos al actual importe medio de las hipotecas en España (102.000 euros) el valor total no alcanza los 70.000 millones, y ADICAE calcula que aún será menor, poco por encima de los 50.000 millones, pues la asociación considera que el precio medio de los inmuebles todavía debería bajar otro 30% para ajustarse a la situación actual del mercado. Activos tóxicos que queman en el balance de la banca, que necesita con urgencia ir deshaciéndose de todo esto para poder mejorar sus ratios de solvencia. De momento, las entidades han conseguido colocar 50.500 millones al Sareb, entre suelo y 85.000 pisos, para poder maquillar sus balances.
Cuidado con los ‘chollos’
Pero la gran mayoría de este stock de viviendas sigue en poder de las entidades financieras, que evidentemente primarán su comercialización y buscarán cualquier treta posible para que el consumidor sea el pagano de esta situación, en forma de precios irreales y, sobre todo, cláusulas abusivas en las hipotecas, intereses y ‘suelos’ con los que compensar el desastre. De hecho, ADICAE pone sobre aviso al consumidor interesado en adquirir una vivienda y atraido por supuestos ‘chollos’ inmobiliarios; es fácil que si un piso comercializado por la banca está muy barato, habrá cláusulas abusivas que compensarán esa rebaja. La asociación seguirá vigilando las prácticas bancarias y, a través de la web hipotecaconderechos.org, llama a los consumidores a que permanezcan vigilantes y defiendan sus derechos.