En un hecho relevante remitido a la CNMV, el Banco CAM explica que el pago de los rendimientos «estaba condicionado al supuesto de que la cuenta de resultados de la entidad no haya presentado pérdidas en el ejercicio anterior». Hace unos días, la entidad reconoció que al cierre de 2011 había incurrido en unas pérdidas de 2.713 millones.
El impago afectará a una emisión de deuda subordinada de 300 millones realizada en febrero de 2004 y a dos emisiones de preferentes realizadas en agosto de 2001 y 2002 por 300 y 160 millones, respectivamente. Esta es la tercera ocasión desde que fue intervenida por el Banco de España, el pasado 21 de julio, en que la entidad deja a los propietarios de deuda sin el cobro de sus intereses.
Las participaciones preferentes son un instrumento de ahorro que la Banca diseñó para captar el ahorro de los inversores en los momentos de bonanza económica. La inversión en preferentes supone una apuesta por el largo plazo, ya que estos títulos son perpetuos y no tienen un plazo fijo de vencimiento; también supone un elevado nivel de iliquidez, ya que sólo cotizan en el mercado AIAF, al ser títulos de renta fija y, finalmente, son inversiones arriesgadas, ya que no cuentan con el respaldo del Fondo de Garantía de Depósitos.
Pese a todas estas características de alto riesgo, escasa liquidez y perpetuidad, la banca comercializó, durante años, estos instrumentos entre inversores poco experimentados que buscaban invertir en depósitos a plazo y a los que no se les adivirtió de esas condiciones.
La Banca española ha creado un ‘corralito’ al bloquear los fondos de los pequeños ahorradores que invirtieron en participaciones preferentes, amparándose en la interpretación interesada de unas instrucciones dadas por la CNMV y el Banco de España para negarse a tramitar órdenes de venta de preferentes.