El BBVA acaba de anunciar que quiere canjear 3.475 millones de euros en participaciones preferentes por bonos canjeables en acciones. Según el Hecho Relevante que el BBVA ha depositado en la CNMV, la conversión futura de los bonos subordinados en acciones estará “referida al precio de mercado de las acciones de BBVA en cada momento”, lo que supone que, de hecho, se pueden generar pérdidas o minusvalías para los inversores.
Las emisiones de participaciones preferentes que el BBVA quiere canjear ahora fueron colocadas, entre pequeños ahorradores minoritarios, a través de su red de oficinas durante los años 2002 al 2008. Según las condiciones que se ofrecieron en aquel momento, la rentabilidad máxima estaba en el 6,5%, pero desde ese momento el interés cayó drásticamente, lo que obligó al BBVA a fijar un ‘suelo’ mínimo de un 3,5%, que es la rentabilidad actual, para que estuviera por en línea con lo que ofrece por los depósitos.
La mitad de los bonos para mejorar su solvencia en 2012
El banco ha establecido para los bonos convertibles en acciones una rentabilidad inicial del 6,5%, igual a la que comenzó ofreciendo a los ahorradores que invirtieron en las participaciones preferentes. La idea de los directivos del banco es que, una vez suscritos los bonos, se empiecen a cambiar por acciones en junio de 2012, justo cuando el BBVA tiene que tener un capital básico del 9%, frente al 7,1% que tiene actualmente. Ese canje será por la mitad de los bonos, quedando la otra mitad pendiente de convertir hasta junio de 2013, fecha en la que entra en vigor por completo los mayores requisitos de solvencia.
Todo este vaivén de capital, primero en participaciones, bonos y finalmente en acciones tiene un objetivo fundamental: mejorar la solvencia del banco, aunque, de paso, el BBVA ofrecerá a los ahorradores una rentabilidad inicialmente atractiva (6,5%). Sin embargo, tras ese proceso los 3.475 millones de euros entrarían a formar parte del capital del BBVA como acciones ordinarias, lo que supondría, a fecha de hoy, una ampliación de capital de un 12,6% y, por tanto una dilución de la participación de los accionistas actuales.
Este movimiento del BBVA viene preludiado por actuaciones similares de, por ejemplo, Banco Santander, que la semana pasada anunció una oferta para canjear 6.800 millones de euros en títulos de deuda subordinada, por una emisión de deuda ‘senior’, un tipo de títulos que tiene más preferencia de cobro en caso de quiebra.
Debido a las nuevas necesidades de capital básico para hacer más solventes a los bancos, durante los próximos meses se producirán más ofertas similares a las del BBVA y el Santander. En algunos casos, como en el de La Caixa, esa captación de fondos no se ha realizado por medio de canje de títulos, sino con la emisión de deuda subordinada, por valor de 1.500 millones de euros, al 7,5%.