En los últimos meses, miles de ciudadanos se han echado a las calles de toda España paralizando varias decenas de desahucios. La paralización de desahucios, con la que ADICAE está colaborando activamente en varias ciudades asesorando jurídicamente a los desahuciados y colaborando por diversas vías con los denominados ‘grupos anti-desahucio’, es una acción de protesta y reivindicación necesaria. Pero la única solución eficaz es la exigencia inmediata de paralizar todos los procesos de embargo. En definitiva, ‘Stop Embargos’. Así pierden su vivienda cientos de miles de personas 

El proceso de ejecución hipotecaria, como se denomina en términos jurídicos al embargo, consta de las siguientes fases:

1. Impagos: Cuando un hipotecado deja de pagar su hipoteca, la entidad suele ponerse en contacto con él mediante envío de cartas, e-mails, SMS o llamadas telefónicas reclamando el pago, y con cada vez peores artes. Estas acciones suelen hacerse a las dos semanas de producirse el primer impago y, aunque habitualmente el proceso de ‘reclamación’ de las cuotas suele durar entre 3 y 4 meses, muchas entidades lo están acelerando. Si el cliente no responde, la entidad bancaria traslada el caso a su asesoría jurídica para iniciar la vía judicial. El hipotecado, entonces, ya ha entrado en mora y es incluido en un registro de morosos.

2. Negociación: El cliente debe negociar una solución: una ampliación del plazo de la hipoteca para reducir las cuotas y ajustarlas a su nueva situación económica, tratar de vender la vivienda –solución muy complicada, por la crisis-, o plantear una dación en pago. ADICAE está asesorando a cientos de consumidores en toda España en riesgo de perder su vivienda de manera inminente, llegando en muchos casos a soluciones ‘satisfactorias’ para el hipotecado. El objetivo es claro: Evitar que el banco nos demande.

3. Ejecución del embargo: Si la negociación fracasa, da comienzo este crucial paso con una denuncia judicial por parte de la entidad bancaria. Un proceso que puede durar entre 6 y 18 meses. Cuando el juez declara embargada la vivienda, la entidad la suele subastar y el hipotecado –el embargado- es informado de la situación mediante una notificación judicial. Entonces la sentencia ya es firme y la vivienda, a efectos legales, ya no pertenece al ‘desahuciado’. Se trata de una ejecucion hipotecaria fulminante y casi irreversible, porque aunque el hipotecado pueda oponerse pagando, desde que la entidad le demanda ya debe los honorarios de abogado y procurador, que ascienden a varios miles de euros.

4. Desahucio. El acto físico del desahucio es el último paso de todo esta serie de procedimientos. La orden judicial de desahucio -en el ámbito hipotecario se le denomina ‘lanzamiento’- surge tras una sentencia firme. Por ello no hay solución posible: impedir un desahucio es imposible, sólo se puede retrasar, paralizar temporalmente. Cuando la comisión judicial acude a la vivienda con el auto de lanzamiento judicial, si se ve en la imposibilidad de ejecutar el desahucio lo suspende temporalmente. Es decir, vuelven al juzgado para que se fije nueva fecha.

 Sin casa y con una deuda de por vida 

Por otra parte cuando se llega al punto del desahucio ya ha habido una sentencia mediante la que se condena al usuario al pago de una deuda -la que le queda después de que el banco se quede la vivienda por el 60% del valor de la nueva tasación que realice la entidad-, que equivale a la diferencia entre la deuda pendiente del préstamo y el valor al que el banco se adjudica la casa.

Paralizar desahucios, una tarea a continuar pero que no resuelve el problema

De esta forma, aún paralizando temporalmente el desahucio el usuario se queda en una precaria situación: una deuda de decenas de miles de euros a la que se suman las costas del procedimiento de ejecución hipotecaria (incluso hasta 20.000 euros, por los costes de abogados, procuradores,…), los intereses, etc.

Ante este panorama la paralización de desahucios tiene como virtud básica la de poner sobre la mesa y ante la opinión pública el abuso del que son víctimas los hipotecados, pero no constituye ninguna solución real. A lo que podemos añadir el hecho de que de los 270 desahucios que aproximadamente se producen al día en toda España sólo unos cuantos, en el mejor de los casos, pueden llegar a paralizarse temporalmente.

STOP embargos, una medida urgente e imprescindible 

Por ello ADICAE propone atacar a la raíz del problema: evitar el inicio de todo el infernal procedimiento descrito. ADICAE exige la paralización de los embargos, Stop embargos hipotecarios, mediante una moratoria que ya aplican países europeos como Hungría que, entre otras medidas de protección para los hipotecados, aprobó en su momento que sólo los inmuebles con valor superior a 30.000.000 florines (unos 113.000 euros) podrán ser subastados por los bancos. Hungría es uno de los países más pobres de la Unión Europea según la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, con un PIB per cápita del 64%, por el 101% de España.

ADICAE calcula que la paralización de los embargos de viviendas que están en proceso actualmente en España por el impago de las hipotecas costaría entre 300 y 500 millones de euros, una cantidad que es capaz de asumir el Gobierno. Sería una medida que, además de poner fin al sufrimiento de cientos de miles de familias, sería beneficiosa para la economía de nuestro país.

[Titular_cuadro]Entre 2007 y el primer trimestre de 2011 se han producido:[/Titular_cuadro]

Ejecuciones hipotecarias 293.321
Procesos monitorios 3.047.830

Procesos de embargo (datos disponibles sólo desde 2008) 485.497

Lanzamientos (datos disponibles sólo desde 2008) 124.021

[Texto_cuadro]Fuente: Consejo General del Poder Judicial[/Texto_cuadro]

El último dato del saldo vivo hipotecario, en julio de 2011, se situó en 1.051 billones de euros, más de la mitad del mismo prestado por las cajas de ahorros. Si tomamos el valor de la hipoteca media a día de hoy nos encontramos con una cifra aproximada de 7.384.615 de hipotecas.

La tasa de morosidad hipotecaria en abril de este año se situó en el 2,82%, si bien desde el propio sector hipotecario se reconoce que podría acabar el año duplicada y en torno al 5% o 5,5%. Por tanto con el dato de abril en torno 208.246 hipotecas (aparte de las ya embargadas o las que están en ejecución hipotecaria) serían aproximadamente las hipotecas en mora. Es decir, más de 200.000 familias tienen en este momento tres o más cuotas impagadas y, por lo tanto, están en riesgo inminente de embargo. El número aumenta a cada mes que pasa. La solución: Stop Embargos YA.

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