En plena “burbuja del crédito” el Banco de España advertía en sus Informes Anuales del carácter ficticio de la mal llamada “riqueza” de las familias, al reconocer que los precios de la vivienda estaban muy por encima de los niveles justificados. Esta sobrevaloración la cifraba este organismo entre el 8% y el 20% en 2003 y entre el 24% y el 35% en 2004. Una mera advertencia que no fue seguida de actuaciones políticas correctoras, lo que demuestra la parcialidad e ineficacia del Banco de España, cínicamente satisfecho de ver medrar el negocio bancario, aunque fuera a costa de hundir la economía.

En esta labor de “agente comercial” de la Banca que lleva acabo el Banco de España, el gobernador de esta institución, señor Ordoñez, se ha atrevido a decir ante el Congreso de los Diputados que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. En estas desvergonzadas declaraciones trata de acusar a todos para tratar de disimular y proteger a los verdaderos causantes. Los responsables del nivel de endeudamiento han sido los bancos y cajas de ahorros, que siguen sin responder por provocar esta crisis y a los que se continúa ayudando y sosteniendo artificialmente con una falsa “reforma del sistema financiero” que está taponando la recuperación económica.

Según la Agencia Tributaria, en 2007 el 63% de los asalariados (16,7 millones de trabajadores) tenían un salario bruto de 1.100 euros mensuales. Esto implica una gran escasez en la capacidad adquisitiva que los abocaba al crédito. A ello debemos añadir las nefastas políticas alternativas a la “vivienda en propiedad” (que sólo benefician a la Banca) que hicieron inevitable el recurso al crédito bancario para comprar una vivienda, cuyo precio resultaba cada vez más insostenible. Si en 1993, con unos tipos de interés del 14%, el coste medio anual de amortización de una hipoteca era de 7.373 euros; en 2007 con unos tipos de interés del 5,06% se elevaba a 10.135 euros. A ello debemos añadir la colocación irresponsable de crédito, en condiciones al límite de las posibilidades de los consumidores y con cláusulas abusivas, además de la hiper valoración unilateral por los propios bancos y cajas del precio de la vivienda, etc.

Así es cómo la banca se ha forrado con los ciudadanos y reventado la economía. Esto no es sostenible para las economías domésticas ni para la economía general. Los superbeneficios de la banca estos años tienen su origen en esta explotación a los ciudadanos y consumidores, que están pagando la crisis con embargos y ahora, además, con recortes sociales.

Los consumidores se preguntan cada vez más para qué sirve este organismo que sólo protege los intereses de las grandes entidades financieras y ningunea a los consumidores y ciudadanos, como demostró su vergonzoso informe justificando las abusivas cláusulas suelo de la Banca en los préstamos hipotecarios. Para eso bancos y cajas de ahorros ya cuentan con sus propias patronales.

El sistema de Resolución de conflictos entre bancos y consumidores es frustrante (como reconoció el propio Banco de España en 1995), ya que sus meros informes quedan al arbitrio de las propias entidades y demoran una solución para los usuarios. Esta ineficacia ya ha sido denunciada incluso por el Defensor del Pueblo en su último informe de 2009.

El Banco de España necesita una reforma urgente. Exigimos un organismo justo, eficaz y responsable, que fomente la protección de los consumidores como exige la Constitución, y no sea un mero correveidile de la banca y sus intereses.

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