La concesión de créditos al consumo ha dejado de caer en España tras catorce meses de merma ininterrumpida y, por vez primera, se registraron tasas interanuales positivas.
Hasta el mes de julio, y según datos ofrecidos por el Banco de España, el saldo de préstamos al consumo era de 221.559 millones de euros, un 0’2% más que en 2009. Si usted tiene la suerte de que una entidad financiera le concede un crédito, manténgase en guardia. Es preciso alertar de los peligros de los créditos al consumo porque, como explica el secretario general de la Asociación de Usuarios de Bancos y Cajas (ADICAE), Fernando Herrero, “hay que utilizarlos con mucha responsabilidad”.
Es preciso prestar especial atención a los plazos, puesto que cuanto más tiempo se alargue el periodo de amortización de la deuda, más intereses abonará el consumidor. “Hay que vincular el periodo de crédito con el de la vida útil del producto o servicio para el que necesitamos la financiación”, recomienda Herrero.
En cuanto al coste final no hay que atender sólo a la Tasa Anual Equivalente (TAE), sino también al cálculo de los intereses. Es aconsejable sumar todos los pagos a realizar durante el plazo del crédito. “Hemos de saber cuánto nos dejan y qué cantidad vamos a terminar pagando”, explica Fernando Herrero, para que el consumidor pueda cerciorarse de lo costosa que puede llegar a ser una operación de este tipo. Además hay que tener especial precaución con los intereses que publicitan las entidades financieras puesto que la tasa nominal no está anualizada y, además, no se incorporan los gastos extraordinarios que suelen acompañar a los préstamos, como las comisiones de apertura o cancelación anticipada.
Finalmente Herrero también aboga por controlar todas las deudas que el consumidor tenga en ese momento ya que “acumular entre todas las deudas hasta un 37 ó 40% de gastos con respecto a los ingresos ya es una cantidad bastante considerable”, remarca.