CAMBIO CLIMÁTICO, UNIÓN EUROPEA Y LOS CONSUMIDORES: SUSTITUCIÓN DE LAS CALDERAS DE GAS

Los consumidores tendrán que sustituir su caldera de gas, como tarde, en 2035

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) en el año 2019 el 77% de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera procedieron del sector de la energía. Con el objetivo de mitigar este impacto en el medio ambiente y apoyar la sostenibilidad la Unión Europea presentó en 2020 el Pacto Verde Europeo. Dentro de la aplicación de este Pacto Verde se aprobó un Plan de Acción para la Economía Circular, y en este se prevén acciones específicas en la construcción y rehabilitación de viviendas.

En marzo de 2023 se reformó la Directiva que apuesta por la eficiencia energética, estableciendo la supresión de aquellos sistemas de calefacción que requieran de combustibles fósiles, obligando a los países a conseguir en 2035 (como tarde) la eliminación del uso de las calderas de gas, con la repercusión directa que conlleva para muchos consumidores en sus hogares, así como la mejoría de la eficiencia energética de los edificios.

Directiva de eficiencia energética de edificios (EPBD)

Para mejorar la eficiencia energética del parque edificado, la Directiva de eficiencia energética en edificios de la UE (EPBD) se apoya en herramientas como el establecimiento de requisitos de uso de la energía en edificios nuevos y que los existentes se sometan a grandes renovaciones, introducción de certificados de eficiencia energética e inspecciones de sistemas de climatización.

Esta Directiva incide significativamente en la vida cotidiana de los consumidores. En primer lugar, al exigir una mayor eficiencia energética en los edificios, esto podría llevar a un aumento de los costes de construcción, que se trasladarían al consumidor. Sin embargo, a largo plazo, los consumidores se beneficiarían de una reducción en sus facturas de energía gracias a la mayor eficiencia de sus hogares. Además, la obligación de disponer de un certificado de eficiencia energética proporciona a los consumidores una herramienta valiosa para evaluar y comparar el rendimiento energético de diferentes propiedades antes de tomar decisiones de compra o alquiler.

La reciente Directiva (2023/1791) pone fin a las calderas de gas, obligando a su sustitución por bombas de calor para obtener certificados de eficiencia energética para las viviendas. El objetivo es reducir un 11,7% el consumo de energía final y primaria para 2023 en comparación con los niveles de 2020. Además, la norma establece que no se considerarán apoyos económicos provenientes de medidas que impliquen combustión directa de combustibles fósiles, como la sustitución de calderas de gas por nuevas más eficientes.

Algunas alternativas a las calderas de gas

La aerotermia es un sistema de climatización que aprovecha la energía térmica presente en el aire para calefacción, refrigeración y producción de agua caliente sanitaria. Este proceso se realiza mediante el uso de una bomba de calor que extrae el calor del aire exterior en el caso de calefacción o lo expulsa hacia el exterior en el caso de refrigeración. Se considera una fuente de energía renovable y eficiente, ya que aprovecha el calor ambiental, en lugar de generar calor directamente. Y, además, puede contribuir a reducir la dependencia de combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero.

A su favor podemos decir que reduce el uso de energía necesaria para funcionar, pudiendo suponer, a largo plazo, un ahorro en la factura final. Además, evitan el riesgo de fugas de gas y sirven tanto para calefacción como para refrigeración, cumpliendo una doble función utilizando una energía más limpia.

Por contra, el coste que puede suponer a los consumidores realizar la adaptación a este sistema, puede llegar a ser una barrera financiera. Actualmente, en España, se estima que más de 3.9 millones de viviendas podrían enfrentar dificultades técnicas para adoptar esta tecnología. Además, hay que tener en cuenta que en caso de corte eléctrico el consumidor no podría usar este tipo de climatización.

Las calderas eléctricas generan calor mediante resistencias eléctricas. Se pueden usar para calefacción y también para calentamiento de agua. Pueden tener costos operativos más altos debido al precio de la electricidad, pero también son más limpias y fáciles de instalar. Su eficiencia va a depender de factores como el aislamiento del edificio. Se suelen instalar en lugares donde no se dispone de otros combustibles y en áreas de generación eléctrica renovable.

El hidrógeno verde se produce mediante electrólisis, un método que garantiza que la producción de hidrógeno sea libre de emisiones de carbono si la electricidad utilizada proviene de fuentes limpias. Aunque hay múltiples estudios que indican que hoy en día es bastante cuestionable su uso, debido principalmente a que es una opción muy cara, menos eficiente y bastante perjudicial para el medio ambiente. Por ejemplo, según la Hydrogen Science Coalition se necesitan casi seis veces más electricidad para satisfacer la demanda de calefacción en España usando este método, que, por ejemplo, usando bombas de calor. De hecho, hoy en día, sólo el 0.04% de la producción mundial de hidrógeno es hidrógeno verde.

En ADICAE estamos comprometidos con los avances que promuevan un mundo más sostenible. Si estás pensando en actualizar tu caldera de combustible fósil y te surgen dudas, acude a tu sede más cercana.

Abrir chat
1
💬 Consulta tus dudas de consumo
Escanea el código
Hola👋
Si tienes cualquier consulta o duda sobre consumo puedes hacerla por aquí