Decenas de socios de ADICAE asistieron en toda España a un coloquio muy interesante sobre los productos financieros, su regulación y la actitud del inversor frente a los graves perjuicios que habido a los ahorros de los españoles en los últimos años por parte de la gran banca. Un debate moderado por Javier Blancas en el que Carlos Medrano, Economista y Profesor de la Universidad de Navarra, Ana Palomares, periodista de El Economista, y David Solís, Economista y colaborador de ADICAE, fueron los ponentes.
La desconfianza del consumidor y los intentos fallidos por mejorar la regulación encaminada a evitar todos los fraudes ocurridos en el pasado marcaron el encuentro. El primero en tomar la palabra fue el profesor Medrano quien dejó claro que el inversor debe tener claro un concepto: “El empleado del banco, por muy conocido que sea, no es un asesor; es un vendedor”.
Medrano habló del llamado triángulo de la inversión: Liquidez, rentabilidad y el riesgo. Puede servir para hacernos una idea para medir y evaluar el producto: “Si tiene mucha rentabilidad, tiene mucho riesgo”.
El profesor recordó que los productos estructurados pueden llegar a ser una buena inversión, pero tienen más volatilidad por estar ligados al índice bursátil. Sobre los planes de pensiones, el profesor no tiene una buena opinión (les llegó a llamar porquería) y para ello citó el triángulo de la inversión. “No son líquidos, con la inflación no hay casi rentabilidad y no están asegurados del todo”.
Medrano pidió mucha precaución con los “regalos” que hace la banca y citó como ejemplo aquellas entidades que te regalan una televisión a cambio de hacerte una cuenta nómina, y al final acabas llevando el seguro del coche o del hogar con esa entidad. “Nada es gratis. Cuando alguien te invita a comer es que algo quiere”, aseguró.
A continuación, intervino Ana Palomares, jefa de inversión a fondo en El Economista. La periodista trató de explicar cómo afecta al pequeño inversor la nueva regulación europea en esta materia, MIFID II. “Dicen que es una ley que se ha dotado de más transparencia para proteger a los consumidores, pero yo creo que es una legislación que se ha hecho para proteger a la banca”, aseguró.
Según Palomares, la legislación obliga a dar más información a los inversores por parte del vendedor, pero esto no hace que esté más protegido.”Mi recomendación es que leáis todo detenidamente, una vez que ha firmado la responsabilidad es tuya”.
Con la nueva regulación el inversor va a tener que responder a más preguntas: “¿Cuánto dinero estás dispuesto a perder? ¿Qué harías si la bolsa cae un 10%, comprar o vender? ¿Qué parte de tu patrimonio vas a invertir?”.
Respecto a los planes de pensiones, la periodista se mostró de acuerdo con el profesor Carlos Medrano con la poca rentabilidad de los fondos de pensiones: “Es probable que el banco te ofrezca el mejor de sus productos, eso no quiere decir que sea el mejor del mercado. Muchos de ellos ni siquiera superan al IPC, con lo que al final hasta pierdes poder adquisitivo. Hay pocos fondos de pensiones buenos, y la mayoría están fuera de los bancos”.
Una de las cosas positivas de MIFID II es que vas a ver cuánto has estado pagando al banco en fondos de inversión y de pensiones. Ahora se va a poder ver las comisiones que el cliente ha pagado por estos servicios lo que se puede traducir que al tener más información “se genere más competencia”.
Como conclusión, la redactora de El Economista, aseveró que el asesoramiento no es gratis. Cree que los problemas del pasado vinieron por la mala praxis de la banca pero también por el desconocimiento del inversor en algunos casos y el exceso de confianza depositada en los bancos, algo que no se debe hacer. Para terminar dio un último consejo: “Si no lo entiendes, no lo compres”.
La última intervención fue del economista David Solís. El colaborador de ADICAE evaluó la MIDIF II, aún en tramitación parlamentaria y de la que hay tan solo una trasposición parcial en España, y el trabajo de la asociación al respecto. ADICAE entiende que la propuesta es mejorable y realmente lo que importa al consumidor todavía se está debatiendo. La norma viene de la anterior MIFID que fue un rotundo fracaso ya que con esta normativa explotaron los problemas de las preferentes y de deuda subordinada.
Solís explicó que además de la mayor evaluación del cliente también la norma plantea la mejora de los vendedores. La norma exige una cierta cualificación del personal que asesora e informa al inversor. El personal se exige que tenga una formación previa de 80 horas en el caso de que informe, 150 horas en el caso de que asesora, formación continuada para el personal de 20 a 30 horas, además de evaluación y cualificación en esta materia.
Para el economista va a ser muy difícil recuperar la relación que había antes con la banca por el daño que se hizo en su momento con las preferentes, ya que la entidad financiera siempre busca su propio beneficio. “Por eso siempre hay que partir de una actitud crítica. Eso nos lo da la educación financiera. Después de todo lo que ha pasado, conseguir una buena sintonía será difícil porque las propias entidades no dan pasos para ello.”