Adicae ha realizado un estudio para conocer de cerca cuáles son los problemas financieros más habituales de la población de más edad. En líneas generales, la percepción de los mayores consultados sobre los productos y servicios financieros suele ser negativa. Especialmente, sienten preocupación al hablar sobre los bancos. Es un asunto que genera mucha inquietud y recelo, siendo el discurso bastante crítico.
Uno de los principales obstáculos a lo que se enfrentan los mayores son las trabas que existen en la actualidad son los requisitos para solicitar créditos como la aportación de avales. Entre la muestra de población consultada se relatan problemas de terceras personas, familiares y amigos que, por ejemplo, residiendo en municipios pequeños donde conocen al director del banco o siendo éste un familiar, han llegado a contratar preferentes o productos similares asesorados por dicho conocido o familiar. La desconfianza ha hecho mella en los ciudadanos más veteranos con casos como las preferentes de Bankia.
Por otro lado, este sector de la población hace una dura crítica al lenguaje incomprensible de las polizas y otros servicios financieros ya que se ven obligados a basar su decisión en la confianza que les transmita su interlocutor. Una de las principales demanda de los mayores es una redacción de los contratos inteligible y clara que impida la aparición de nuevos abusos.
En general, las personas mayores no están preparadas para entender los contratos de servicios financieros y de consumo por la complejidad de los mismos. Los mayores se quejan de la letra pequeña de los contratos, del lenguaje técnico y complejo que se usa en los mismos y también de la publicidad engañosa.
La mayoría reconoce que necesita ayuda para entender la información ofrecida por las entidades financieras. Llegan a afirmar que sienten “miedo” cuando tienen que contratar algún servicio y que no se “fían” porque están “timando” a la población. El conocimiento de los mayores sobre los servicios y productos que ofrecen los bancos y las cajas de ahorro es escaso.
Ante esta desconfianza, las medidas de precaución que toman en su relación con las entidades financieras es, por un lado buscar asesoramiento antes de firmar cualquier contrato a través de alguna asociación o alguna persona conocida, y por otro lado suelen acudir acompañados a las entidades bancarias por alguna persona de confianza. Además, nunca contratan nada por teléfono ni Internet, por desconfianza y la imposibilidad de asesorarse previamente. La relación personal es la preferida entre este tipo de consumidores.
En el transcurso de relativamente pocos años, los métodos de venta han ido tranformándose. Esta generación tiende a preferir la relación presencial frente a otras vías como el teléfono o internet. Al mismo tiempo, las campañas comerciales son más agresivas y los mayores consideran estas técnicas muy invasivas ya se perciben con claridad el cambio de trato en la atención, las empresas eliminan la empatía con el cliente y buscan sólo la rentabilidad financiera sin tener en cuenta las necesidades de los consumidores.
En relación a la contratación de seguros señalan que hay muchos abusos. Las personas entrevistadas afirman que cuando han de hacer uso del seguro, les comunican que hay cuestiones que no están cubiertas por el mismo, o al año siguiente les suben la cuota. También denuncian que los seguros de vida, salud o decesos suben las cuotas porque saben que el asegurado no puede cambiar de compañía, puesto que debido a su edad no serían asegurados por ninguna otra aseguradora,
De acuerdo con los datos que obtenidos y analizados en los estudios, Adicae plantea propuestas dirigidas tanto a organizaciones públicas como privadas que promuevan la protección de este colectivo social. La población mayor de 65 años debe ser consciente de la importancia de su papel el cambio social hacia un estilo de vida menos consumista, satisfactoria y sostenible. Las personas mayores no deben esperar servicios y asistencia pasivamente, deben ser activos, críticos y reivindicativos.