La deflación, la bajada continuada de precios, sigue siendo una amenaza para la economía europea. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, decidió en junio bajar el tipo de interés de la Eurozona del 0,25% al 0,15%. Una medida que ha tenido como consecuencia la caída de la retribución de los depósitos (con intereses ya por debajo del 1% en muchos casos), mientras que el crédito para los consumidores apenas se ha abaratado. Pues bien, Draghi ha vuelvo a dar un golpe de efecto y ha bajado los tipos oficiales al 0,05%, lo que va a hacer convertir en casi nula la rentabilidad de los depósitos, el producto de ahorro más seguro del mercado financiero. Además, anuncia el compromiso del BCE de comprar activos de la banca (bonos, titulizaciones, cédulas hipotecarias…), una forma más de continuar con el rescate a la banca y limpiar sus balances de productos basura.
Las medidas del BCE no garantizan que se logre el crecimiento de la economía y el empleo que se proponen. La rebaja del tipo de interés del Banco Central Europeo (BCE) al 0,05%, teniendo en cuenta tanto la experiencia de los últimos 15 años como el marco actual en España, penaliza aún más el ahorro tradicional y empuja a los consumidores a meter su dinero en productos de mayor riesgo. Ya antes de estos cambios, la banca española ofrecía una rentabilidad muy por debajo de la media europea en sus depósitos (en mayo, 0,94% frente al 1,42% de la zona euro) mientras que comercializaba créditos al consumo mucho más caros que el resto de entidades europeas (a un 10,19% para operaciones entre 1 y 5 años, frente al 5,96% europeo)
La bajada de remuneración del ahorro, al desincentivar el ahorro en depósitos, favorece la exposición de los usuarios a productos de ahorro tóxicos, lo que en el caso de España constituye la continuación del maltrato histórico al ahorro.
El Banco Central Europeo deja colgados a los consumidores
Las últimas medidas que se ha sacado de la manga el Banco Central Europeo (BCE) llegan tarde. Certifican lo evidente, que, hasta ahora, la política monetaria ha sido errónea durante la crisis. La rebaja del tipo de interés al 0,05% no beneficiará a los consumidores, que no van a ver cómo los préstamos se les ofrecen a ellos un 0,10% más baratos que antes. Y aunque lo hicieran, poco lo notarían teniendo en cuenta que, por ejemplo, los créditos que ofrecen las entidades oscilan entre el 9% y el 13% de interés, muy por encima de lo que pagan los bancos por captar ese dinero. Difícilmente los consumidores van a solicitar créditos aunque se abaraten, ya que el crecimiento nominal de la economía está por debajo del 1%.
El interés de los créditos no baja, pero sí el de los depósitos
Frente a esto, los depósitos enseguida reflejan los recortes del organismo presidido por Mario Draghi. Así, según se desprende de los datos del Comparador Financiero de ADICAE http://www.adicae.net/comparador-financiero.html tras la primera bajada de tipos buena parte de los depositos bajaron su rentabilidad a menos de un 1%, y los que se mantuvieron por encima fue porque eran a largo plazo o con importantes desembolsos. De esta forma, con la decisión del BCE se sigue favoreciendo la bajada de remuneración del ahorro y la exposición de los usuarios a productos de ahorro tóxicos (desincentivando el pequeño ahorro en depósitos para convertirlo en capital inversor con el que cuadrar balances bancarios).
Otra medida, la reducción del -0,10% al -0,20% del tipo de interés de los depósitos de los bancos en el BCE es una manera de ‘penalizar’ este dinero para que las entidades lo saquen y pongan en movimiento. Un dinero que, en caso de ser movilizado, es más probable que acabe en la economía especulativa que en la productiva, por lo que no garantiza su contribuición a mejorar la economía general europea. Además, facilitar una mayor propensión al crédito en un país ya de por sí sobreendeudado como España no es lo más aconsejable; una inyección de crédito a los consumidores a los precios españoles, que casi doblan a los europeos, en condiciones abusivas y sin un nivel de protección adecuado puede convertirse en una bomba de relojería.
Es necesario que el euro baje su valor
Estas medidas deberían acompañarse de otras acciones de política monetaria que permitan que el euro rebaje decisivamente su valor, así como suavizar los ajustes públicos dictados a estados como España, y promover la emisión de Eurobonos que ayuden a enjugar los altos niveles de deuda actual para detraer recursos públicos hacia la economía productiva.