El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) continúa con la reestructuración del sistema bancario, esta vez, con la venta de Catalunya Banc al BBVA por 1.187 millones de euros el 21 de julio de 2014, una compra con la que se pierden más de 11.000 millones de euros de ayudas públicas que recibió la entidad. Al día siguiente, BBVA anunció que suprimiría todas las cláusulas suelo de las hipotecas de Catalunya Banc como ya suprimió las de sus propias hipotecas por obligación de la sentencia del Tribunal Supremo. Aún así, BBVA adquiere la responsabilidad de dar una solución a los miles de clientes a los que Catalunya Banc colocó productos tóxicos de manera fraudulenta.
Catalunya Banc o, como se conoce comercialmente, Catalunya Caixa se formó con la fusión de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa. En el año 2011, Catalunya Banc pasaba a ser propiedad del FROB después de que ésta realizara dos intervenciones. Tras la nacionalización, convirtió en accionistas forzosos a los clientes a los que colocaron participaciones preferentes de la entidad. Después de ‘sanear’ el banco, a principios de junio se inició el proceso de subasta de Catalunya Banc, en el que han participado el Banco Santander, Caixabank y BBVA, ganándola finalmente el último. Con esta venta, el FROB pierde más de 11.000 millones de euros de ayudas públicas que invirtió en la entidad (más de 13.000 millones de euros).
BBVA ya ha anunciado que suprimirá todas las cláusulas suelo de las hipotecas de Catalunya Banc. Ya lo hizo con las suyas propias después de que en 2013 el Tribunal Supremo fallara en su contra, cuya sentencia obligó a la entidad y a Novagalicia y Cajas Rurales Unidas (Cajamar y Ruralcaja) a anular estas cláusulas por considerarlas abusivas y poco transparentes, pero no obliga a los bancos a devolver las cantidades cobradas de más.
Los productos tóxicos de Catalunya Banc
Catalunya Caixa también participó en el fraude colectivo de la venta de productos tóxicos entre los consumidores, como las preferentes y deuda subordinada. A día de hoy, 53.585 afectados aún arrastran las consecuencias de la mala gestión de los directivos de la entidad. La comercialización de estos productos tóxicos (con posteriores quitas injustas y arbitrajes sesgados) y la inclusión de cláusulas abusivas, como las cláusulas suelo, fueron los recursos que utilizaron para intentar tapar, a costa de la clientela, los resultados de una desastrosa gestión antes y durante la crisis. Con esta venta, BBVA asume la responsabilidad de solucionar los problemas de la entidad que ha adquirido.
ADICAE mantiene abiertos varios litigios contra la entidad: la asociación está personada como acusación popular en un procedimiento penal contra los directivos del banco, mantiene varias demandas por deuda subordinada, una demanda admitida a trámite y que ha sido ampliada varias veces por preferentes y deuda subordinada perpetuas y varias demandas por cláusulas suelo. Además, la acción de mediación de ADICAE ha conseguido recuperar los ahorros de casi 200 familias, que suman casi 600.000 euros, afectadas por la comercialización fraudulenta de participaciones preferentes y deuda subordinada y seguirá luchando para defender los derechos de los consumidores.