ADICAE ha conseguido que la Justicia decida investigar el fraude de las cuotas participativas de la CAM, un producto tóxico de ahorro-inversión parecido a las preferentes que se llevó por delante los ahorros de casi 60.000 personas, merced al engaño masivo y orquestado en 2008 por el Consejo de Administración de la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo).
La magistrada que instruye el caso consideró en su día que tras la emisión y venta de las cuotas de la CAM habría en todo caso algún engaño puntual. Sin embargo, ADICAE, personada como acusación popular, recurrió junto a víctimas de un fraude claramente masivo y orquestado de forma premeditada contra los consumidores. Ahora, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional da la razón a la asociación de consumidores, argumentando que aprecia indicios de delito de estafa y/o un delito relativo al mercado y a los consumidores.
PRÓXIMOS PASOS DE LA INVESTIGACIÓN
Tras el respaldo de la Audiencia Nacional a que se reabra la investigación, deberá darse curso a las pruebas solicitadas por ADICAE (periciales y declaración de testigos). Después, se procederá a la presentación de un nuevo escrito de acusación, en el que ADICAE mantendrá su acusación no sólo sobre la existencia de un posible delito en la comercialización de las cuotas participativas (ante la cual la Sala de lo Penal aprecia indicios), sino también respecto al propio proceso de emisión de las cuotas.
RESPONSABILIDAD DEL SABADELL
Cerca de 60.000 ahorradores sufrieron grandes perjuicios económicos tras el engaño masivo de una entidad que luego fue comprada por el Sabadell por la escandalosa cantidad de 1 euro. ADICAE pedirá extender la responsabilidad civil subsidiaria del banco presidido por Josep Oliú, que no puede eludir su responsabilidad pese a sus intentos por desentenderse.
FRAUDE MASIVO DIRIGIDO DESDE LA CÚPULA
Tal como defiende ADICAE, la Audiencia Nacional apunta a que la emisión y comercialización de las cuotas pudo ser concebida y dirigida por los dirigentes de la CAM con el fin de atrapar más de 200 millones de euros para recapitalizarse a costa de los consumidores.
Las cuotas, vendidas por la CAM como un producto seguro, sin riesgo, de gran rentabilidad y parecido a las acciones pero sin derecho a voto en el Consejo de Administración de la desaparecida caja de ahorros, sufrieron una repentina caída de su valor en el mercado, lo que hizo esfumarse el dinero de los clientes.
“Había que convencer a los clientes que tenían depositados los ahorros a plazo fijo para traspasarlos a cuotas participativas, sea cual fuera el resultado del test de conveniencia”. Las instrucciones de los directivos de la CAM a las sucursales no podían ser más claras, como recoge el auto de la Audiencia Nacional.
ADICAE ha logrado así que la Justicia investigue una operación llena de graves irregularidades: maquillar el valor real de la entidad; el hecho de que un 70% de los clientes a los que se ‘colocó’ este producto fueran minoristas no cualificados (en contra de las indicaciones de la CNMV), o incluso algo tan básico como comercializar las cuotas sin entregar el folleto informativo a los clientes.
El fraude de las cuotas participativas se suma a otros abusos cometidos por la CAM, como la deuda subordinada y las preferentes. Todos estos productos forman parte de una estrategia única tapar sus agujeros económicos con el dinero de los consumidores.