“Nos encontramos con documentos abigarrados, redactados de forma farragosa, confusa y ciertamente ininteligible para personas profanas en la materia como ante la que nos encontramos. Los textos aparecen en letra pequeña de difícil lectura y comprensión, sin que se destaque en ellos los riesgos que supone la contratación del producto y las pérdidas y perjuicios que pudiera llegar a tener el cliente con su adquisición”. Así de claro se muestra un juez de Palencia en una sentencia en la que condena a Banco CEISS a devolver 12.000 euros a una peluquera sexagenaria de Palencia, que contrató sin saberlo obligaciones subordinadas.
Defendida por ADICAE, C.S. se une al aluvión de afectados por la comercialización indebida de productos tóxicos por parte de la banca han conseguido, en los tribunales o fuera de ellos, recuperar sus ahorros. El caso se remonta al 29 de julio de 2008 cuando, en su sucursal de Caja España ‘de toda la vida’, contrató el producto de referencia motivada, según la sentencia judicial, “por el ofrecimiento, asesoramiento, recomendación, información y confianza recibida del personal de la entidad financiera con la información de que lo contratado se correspondía con un depósito a plazo fijo”.
C.S. no fue consciente de las características reales del producto hasta que el 20 de mayo de 2013 le fue comunicada la resolución de la Comisión Rectora del FROB, por la que se le cambiaba la deuda subordinada por bonos necesaria y contingentemente convertibles del Banco CEISS, con una pérdida adicional del 10% de sus ahorros. Poco después la afectada contactó con la Plataforma de Afectados por Participaciones Preferentes y Otros Productos Tóxicos de ADICAE, uniéndose a las movilizaciones y a la presión social existente mientras prosperaba su causa judicial.
Tal y como se refleja en la sentencia, en el juicio no quedó acreditado “que los empleados de la entidad demandada dieran debido cumplimiento a la obligación de asesoramiento e información, que les venía impuesta tanto por la normativa vigente como por los principios derivados de las buenas prácticas bancarias”, indica el magistrado.
Caja España se saltó varias normativas, entre ellas la relativa a la información precontractual ya que “todos los documentos aparecen fechados el 29 de julio de 2008, lo que hace suponer que fueron entregados en bloque a la cliente, que después de una explicación verbal se limitó a firmar en unidad de acto, sin que se le diera opción de leer su contenido y a cerciorarse de lo que en realidad estaba firmando”.
Y abunda el juez: “Pensar que la actora, peluquera de profesión y sin estudios, acudiera a la caja con el objeto de contratar específicamente estos productos resulta ciertamente absurdo y descabellado, ya que nadie puede creer que, en atención a los conocimientos y formación acreditada de los mismos, pudieran conocer dicho producto concreto”.
Más de 50 millones de euros recuperados
Con esta nueva victoria la cifra de afectados que han recuperado sus ahorros gracias a la acción colectiva de ADICAE ya asciende a 1.770: 753 de Caja Madrid, 427 de Bancaja, 206 de Caixa Catalunya, 96 de Caixa Galicia, 83 de Caja España – Caja Duero, 62 de Caixa Laietana, 48 de Caixa Nova, 34 de Banco Santander, 19 de Caja Rioja, 16 de Caja Segovia, 13 de Caja Canarias, 7 de Cajastur y 6 de Caja Ávila. La media de los ahorros depositados por los afectados ronda los 30.000 euros. Estas cantidades recuperadas, unidas a las sentencias favorables que acumula ADICAE, hacen que la banca tenga que devolver, por ahora, 50.931.617,42 euros.
Estos datos, lejos de significar una solución real para todos los afectados, demuestran que la presión social colectiva y la acción de mediación realizada de una manera seria y profesional, son altamente efectivas. Nuestra asociación sigue reclamando una solución colectiva al conflicto.
Aunque pueda parecer que luchar contra los abusos financieros y del ámbito del Consumo es una tarea de titanes y que el pez chico nunca podrá comerse al grande, la unión y lucha colectiva de muchos peces pequeños puede hacer temblar al más grande de los tiburones financieros.