Banco Santander ha dado el pistoletazo de salida a una nueva emisión de participaciones preferentes, cuyas características de perpetuidad y dificultad para recuperar los ahorros ‘invertidos’ en ellas son ya conocidas. Se trata de un paquete de 1.500 millones de dólares estadounidenses, que el banco asegura colocará únicamente entre “inversores cualificados”, pero los consumidores de a pie deben estar prevenidos para evitar que se las coloquen como si de depósitos seguros a plazo fijo se tratase, tal y como ya ocurrió hace unos años.
La peculiaridad de esta emisión reside en que, esta vez, las preferentes son contingentemente convertibles en acciones ordinarias de Banco Santander de nueva emisión. Según un Hecho Relevante comunicado por el banco a la CNMV “son perpetuas, aunque pueden ser recompradas en determinadas circunstancias, y quedarían convertidas en acciones ordinarias si el banco o su grupo presentasen una ratio inferior al 5,125% de capital de nivel 1 ordinario”. La entidad aún no ha detallado la forma de venta de este producto.
Al Santander le llueven sanciones por malas prácticas
El pasado mes de marzo la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) multó a Banco Santander con un millón de euros “por no obtener la información necesaria de clientes asesorados en el proceso de suscripción de la emisión de Participaciones Preferentes Serie X que le permitiera evaluar la idoneidad del producto”.
A mediados del pasado mes de febrero, el organismo que preside Elvira Rodríguez ya le sancionó con dos multas por 16,9 millones de euros por cometer una infracción grave y otra muy grave. La mayor, de 10 millones de euros, hacía referencia a la emisión de Valores Santander, realizada en septiembre de 2007 para financiar la compra del holandés ABN Amro. El motivo de esta multa fue «por no disponer de la información necesaria sobre la idoneidad de sus clientes cuando suscribieron la emisión de los valores».
La segunda sanción, de 6,9 millones de euros, fue por no gestionar adecuadamente los conflictos de intereses entre su beneficio y el perjuicio a los clientes. La entidad presidida por Emilio Botín también fue sancionada en marzo en Reino Unido con 15 millones de euros por asesorar mal a sus clientes a la hora de invertir.