El Banco de España hizo oficial ayer que ocho cajas y cuatro bancos que operan en España necesitan 15.152 millones de euros para cumplir los nuevos requisitos de capital fijados por el Gobierno con la esperanza de convencer al mercado de la solvencia del sistema financiero. Las instituciones que no logren los recursos de forma privada los recibirán del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancario (FROB), con lo que serán temporal y parcialmente nacionalizadas.
Las entidades de ahorro precisan 14.077 millones y los bancos, 1.075 millones. Si las cajas incorporan al menos un 20% de inversores privados en su capital -de forma directa o saliendo a Bolsa- tendrán que presentar un nivel de capital principal menor -el 8% que se pide a los bancos, en lugar del 10%-, con lo que su déficit se vería reducido a 4.284,4 millones. De ser así, el coste final de la recapitalización sería de 5.359,4 millones.
Deben alcanzar el nivel mínimo de capital antes del 30 de septiembre, pero el Banco de España puede dar de plazo hasta finales de año a las que tengan avanzada la entrada de inversores y hasta abril a las que salgan a Bolsa. Las cajas con un capital más bajo son Novacaixagalicia (5,2%, necesita 2.622 millones, o 1.529,5 si incorpora inversión privada), CatalunyaCaixa (6,5%, 1.718 ó 736,2 millones), Unimm (6,7%, 568 ó 223,7 millones) y Bankia, la fusión de Caja Madrid (7,1%, 5.775 ó 1.795 millones). Al resto de cajas les vale con incorporar inversores: Banca Cívica (8,1%), Banco Base (8,2%), Caja Duero-España (8,2%) y Mare Nostrum –fusión de cuatro cajas y que actualmente opera como banco- (8,4%).
En este sentido es preciso recordar que las cajas de ahorros son, precisamente, las entidades que han tenido una peor actitud hacia los consumidores en los últimos tiempos. No en vano casi el 70% de las entidades demandas por ADICAE en el caso de las cláusulas suelo, por ejemplo, son cajas de ahorros. Entre ellas encontramos algunas de las que ahora necesitan más capital, como CatalunyaCaixa, Bankia, Caja Duero – España,… Otras, como Caixagalicia, también están demandadas por comercializar contratos de cobertura de hipoteca.
Entre los bancos, figuran dos filiales de grupos extranjeros, Barclays (5,2%, 552 millones) y Deutsche Bank (6,4%, 182 millones), y los españoles Bankinter (6,9%, 333 millones) Bankpyme (6%, 8 millones). Los bancos también están muy lejos de tener un comportamiento modélico con los consumidores. Barclays y Bankinter han incluido cláusulas suelo en sus hipotecas –están demandados- y, además, el primero también lo está por no defender a sus clientes en un caso de fraude electrónico y, el segundo, por el caso de los clips hipotecarios.
Mucho cuidado con los nuevos productos de la Banca
Los consumidores y usuarios de servicios financieros deben tener todavía más cuidado con las ofertas que saquen a partir de ahora estas entidades bancarias, ya que algunas de ellas han comenzado a comercializar productos tóxicos para cumplir con sus necesidades de capital. Es el caso de Banca Cívica, que está comercializando entre los pequeños ahorradores participaciones preferentes, que resultan altamente ilíquidas (posibilidad recuperar el ahorro) por lo que prácticamente se convierten en perpetuas para el ahorrador. Si el consumidor desea venderlas generalmente lo debe hacer con una recuperación menor al ahorro invertido.
Otras entidades no aparecen en la lista ‘oficial’ de aquellas que necesitan una inyección urgente de capital para cumplir las exigencias del Gobierno, pero persiguen el mismo objetivo. Y también hay que tener cuidado con ellas. Banco Pastor, por ejemplo, ha lanzado una emisión de 251’81 millones de euros en bonos obligatoriamente convertibles en acciones, ofreciendo un tipo de interés del 8’25% y teniendo el 14 de febrero de 2014 como fecha de vencimiento. A partir de esta fecha su rentabilidad dependerá de su evolución en Bolsa. La CNMV asegura que Banco Pastor ha clasificado este producto –que venderá en sus oficinas y ya está ofreciendo telefónicamente a algunos clientes preferenciales- como complejo y de riesgo alto.
En definitiva: si usted va a adquirir un producto financiero, ahora más que nunca debe revisar la letra pequeña de los contratos que firme. Si no está seguro acuda a su sede de ADICAE más cercana, donde le orientaremos e informaremos. Como se suele decir, ‘nadie da duros a cuatro pesetas’.