La Generalitat de Cataluña, en una nueva huida hacia delante para conseguir capital, ha vuelto a lanzar una emisión de los llamados bonos catalanes, que ya pueden solicitarse. Se pagan al 4,25% TAE a un año, y al 4,75% a dos años y pueden suscribirse desde 1.000 euros a dos millones.
La principal diferencia entre esta emisión respecto a la que tuvo lugar en octubre de 2010 radica en el tipo de interés que se paga. Si en la primera hornada sólo había una modalidad de títulos, a 12 meses y bajo una rentabilidad del 4,75%, en esta ocasión el inversor tiene dos alternativas. La primera opción, a un año, tiene un rendimiento algo menor, se paga al 4,25% TAE, mientras que lograr un 4,75%, requiere depositar el ahorro durante un plazo de dos años.
Otra diferencia es la cuantía, que en otoño se amplió hasta 2.500 millones de euros, y ahora parte desde los 2.700 millones, ampliables a 3.300. El número de entidades colocadoras, finalmente, ha pasado de las 23 que operaron hace unos meses a nueve.
Evite los productos vinculados
Desde el punto de vista de los consumidores se trata de una oportunidad ciertamente aprovechable para aquellos que inviertan a uno o dos años vista y no piensen tocar su dinero en dicho plazo, ya que la rentabilidad prometida supera la de la inmensa mayoría de los depósitos que la Banca ofrece en la actualidad.
Sin embargo hay algunos puntos que es preciso aclarar. Primero: Tendrá que tributar a Hacienda un 19% como retención a cuenta del IRPF. Segundo: Si no es cliente de alguna de las entidades colocadoras, le cobrarán diversas comisiones por apertura de cuenta o, incluso, por custodia de los bonos. Tercero: El consumidor debe asegurarse de que, ciertamente, no se le cobrarán comisiones al vencimiento.
Desde ADICAE aconsejamos a los consumidores que, en caso de lanzarse a la contratación de los bonos, negocien las comisiones con las entidades financieras que colocan este producto, que no firmen la contratación de ningún otro tipo de producto vinculado -llevarán comisiones- y que consigan información fidedigna acerca de qué ocurriría en el caso de que quisieran retirar el dinero antes del plazo previsto de un año: qué rentabilidad obtendrían en dicho caso y si existe alguna comisión de cancelación.
La Banca será la gran beneficiada
Tratar de colocar deuda pública en el mercado minorista es una decisión difícilmente entendible desde el punto de vista de la rentabilidad. Las entidades financieras españolas siguen sin querer prestar dinero. Si han cerrado el flujo de crédito para las familias, endeudadas por la propia acción de la Banca, ¿por qué no lo iban a hacer con las administraciones públicas? Además también hay que tener en cuenta que bancos y cajas de ahorros no andan, precisamente, sobradas de capital. Incluso hay empresas que están teniendo que recurrir a la Banca internacional para conseguir crédito.
Con esta operación el Ejecutivo catalán conseguirá liquidez, sí, pero a un precio muy elevado a posteriori ya que al tipo de interés del 4’25% ó 4’75% que deberá pagar a los que hayan suscrito los bonos al vencimiento de los mismos hay que unirle las comisiones que la Generalitat de Cataluña tendrá que pagar a la Banca.
Nueve entidades colaborarán en el proceso: La Caixa, Catalunya Caixa, Sabadell, Unnim y Barclays como aseguradoras, y Ahorro Corporación, Caixa d’Enginyers, GVC Gaesco y Deutsche Bank únicamente como colaboradoras. Estas entidades se llevarán una comisión que va del 0,75% al 2,5% por las emisiones a 12 meses, y del 1% al 3,5% por las de 24 meses. Es decir que, sumando la rentabilidad prometida para quienes suscriban estos bonos, la Generalitat acabará pagando entre un 5% y un 6’75% por los bonos a un año y entre un 5’75% y un 7’25% por los bonos a dos años. Una ruina para las arcas públicas.