Operaba por toda España a través de Internet… y ninguna autoridad pública fue capaz de pararla. Ahora cientos de clientes ven atrapado su dinero.
Estas empresas son auténticos bazares financieros, ya que ofrecen préstamos, «reunificaciones» de créditos… y captan ahorro de los consumidores. Una actividad que necesita autorización administrativa. No obstante la normativa que trata de regular estos chiringuitos los excluyó del control de autorización previa del Banco de España o de la CNMV, atribuyendo la competencia de su control a las Comunidades Autónomas. Los resultados pueden ser nefastos, como advirtió en su día ADICAE y como demuestran los hehcos.
En efecto, la ley 2/2009 regula este tipo de empresas y a un año de su entrada en vigor, demuestra su ineficacia. Hay que reseñar también la inactividad de la Dirección General de Consumo del gobierno balear al permitir la existencia de este negocio, ya que tiene competencias para su control y supervisión.