A cada día que pasa aumenta el número de consumidores indignados con su banco: altas comisiones, cláusulas hipotecarias abusivas, venta indiscriminada de productos tóxicos… Cambiar de banco es una opción que valoran más consumidores a cada momento que pasa. Pero la banca no va a ponerlo fácil. Aun así, traspasar todos nuestros productos a otro banco puede merecer la pena y, si elegimos bien, incluso puede supernos un importante ahorro a final de año.
Antes de hacer cualquier operación es aconsejable pedir en el banco un extracto donde quede reflejado nuestra posición global, es decir, un listado de todos los productos y servicios que tenemos contratados y de los recibos que tenemos domiciliados en nuestra cuenta. Tendrán que facilitárnoslo sin coste.
Cambiar la cuenta de entidad
-Compruebe que no ha firmado ningún compromiso de permanencia y que puede cancelar la cuenta sin ningún tipo de problema. Revise el contrato, se han dado casos en los que los clientes de una entidad tienen que pagar una comisión al cerrar su cuenta y los de otra del mismo grupo no.
-Tendrá que comprobar que no queda ninguna operación en marcha: transferencias, traspasos, etc.
-Posteriormente tendrá que sacar todo el dinero de la cuenta. Es recomendable que antes de cerrar la cuenta haya abierto otra en otro banco. No haga una transferencia, ya que su antiguo banco podría aplicarle comisión, ordene en la nueva entidad que cursen una Orden de Traspaso de Efectivo por el importe del saldo de la cuenta, así se ahorrará comisiones.
-Busque en el contrato de la cuenta si el banco puede aplicar una comisión por cancelarla.
-Vigile que no le cobren comisiones de administración por periodos de tiempo no disfrutados de sus productos.
-El banco tendrá que darle un justificante que acredite que usted ha cancelado la cuenta.
¿Y si hay varios titulares?
Es imprescindible saber el tipo de cuenta:
-Si la cuenta es indistinta podrá darla de baja cualquiera de sus titulares, bastará con su firma.
-Si la cuenta es mancomunada será necesaria la firma de todos sus titulares.
Cambiar los pagos y los recibos domiciliados
Suele ser el peor trámite y el que saca de quicio a muchos consumidores (con toda la razón). Algunos bancos ofrecen éste servicio sin coste, pero la experiencia demuestra que muy pocos lo hacen realmente. Si queremos hacerlo correctamente y sin demoras tendremos que ser nosotros mismos los que comuniquemos el nuevo número de cuenta a los emisores de los recibos poniéndonos en contacto con ellos o mediante su página web, en el caso de que le otorguemos esa responsabilidad al banco debemos estar pendientes de que las domiciliaciones se hacen de verdad.
Pudiera ser que pese a haber comunicado la nueva cuenta en la que se deben domiciliar, la compañía siguiera pasando algún recibo a nuestra antigua cuenta, por ello es recomendable que durante un tiempo tengamos las dos cuentas abiertas y con saldo, y que cuando corroboremos que todos los recibos están domiciliados correctamente cerremos de la antigua cuenta.
¿Cómo cambio el resto de productos?
Cambio de la domiciliación de la nómina
Asegúrese de que no tiene compromiso de permanencia, típico de las cuentas nómina. Tendrá que informar en el Departamento de Administración o de personal de su lugar de trabajo el cambio y facilitar el número de la nueva cuenta para que le ingresen su nómina con total normalidad.
Cambiar la hipoteca
Una subrogación permite cambiar la hipoteca a otra entidad y se supone que con ello se mejoran las condiciones aplicadas en la misma. No es preciso cancelar la hipoteca ni formalizar otra nueva. Se podrá cambiar el tipo de interés o el plazo aplicado. No hay que confundir esta operación con una novación, ya que en la novación se negociaría con nuestro banco actual y se cambiarían algunas condiciones, no haría falta cambiar la hipoteca a otra entidad.
Hacer una subrogación no quiere decir que vayamos a obtener un ahorro automático. Habrá que calcular el ahorro de la rebaja del interés respecto al que se está pagando actualmente y tener en cuenta que la operación tiene gastos: notaría, tasación, registro y gestoría y una comisión de subrogación que habrá que pagar a la entidad actual y que normalmente es del 0,50%, aunque puede alcanzar valores del 1%.
Cambiar los depósitos
Aquí tendríamos que desempeñar la mejor estrategia para nuestro bolsillo. Si tenemos un plazo vigente en la actual entidad tendremos que mirar sus condiciones y cómo se penaliza su cancelación anticipada, si tiene ventanas de liquidez en los que podemos reembolsar los fondos sin coste alguno, etc. Si la rentabilidad es aceptable y/o la penalización es elevada es recomendable esperar hasta el vencimiento del producto para llevarnos los fondos de la entidad.
Deberemos comunicar que no deseamos la renovación automática del depósito y desde la nueva entidad habrá que realizar una Orden de Traspaso de Efectivo por el importe de los fondos colocados en el depósito. Habrá que mirar y comparar el interés que aplica la entidad de destino a sus depósitos. Las entidades tienen sus propias reglas y algunas de ellas esperan hasta el último día de plazo para atender la OTE y traspasar los fondos a la entidad de destino (tienen 3 días hábiles de plazo por ley). Es una operación que permite traspasar fondos entre cuentas de un mismo titular cuando la entidad de origen y la de destino son diferentes.
Cambiar el plan de pensiones
Los trámites para cambiar el plan de pensiones no son complejos, pero habrá que informarse sobre las condiciones del plan ya que no tendría sentido traspasarlo exclusivamente por la bonificación ofrecida. Hay que informarse sobre los costes colaterales que podría tener el traspaso (productos asociados y comisiones), sobre las tarifas aplicadas y los productos asociados.
Es un trámite sin coste y la entidad de destino se debe encargar de todo, aunque le tendremos que informar sobre nuestro “antiguo” plan y firmar una orden de traspaso hacia el plan escogido, presentar nuestro DNI y firmar un contrato de adhesión al nuevo plan. En unas dos semanas se ejecutará el cambio, el plazo máximo es de 15 días.
Asegúrese de que en su antiguo banco no le cobran ninguna comisión por realizar el cambio, algunas entidades suelen camuflarlo bajo un gastos de gestión, si detecta éste comportamiento presente una reclamación a su entidad y exija que se le devuelva la cantidad cobrada indebidamente.
Cambiar la cuenta de valores
Al igual que ocurre con los planes de pensiones las entidades hacen campañas de captación de cuentas de valores, para ello ofrecen bonificaciones en efectivo sobre el importe traspasado, por ejemplo. Hay entidades que aplican comisiones muy bajas y los consumidores que tengan acciones podrían aprovecharse de esa situación. Incluso las hay sin comisiones de gestión, ni de depósito, tampoco aplican comisiones a las operaciones más frecuentes con valores.
Nada le ata a su banco de toda la vida
Al comunicarle a nuestra entidad que queremos dar de baja nuestra cuenta es posible que quieran evitar nuestra marcha y nos ofrezcan condiciones más ventajosas. Usted tendrá la sartén por el mango y recuerde que si ha decidido cambiarse de entidad ha sido por algo. Hay muchos consumidores que permanecen en el mismo banco durante toda su vida, algo que aprovechan los comerciales y directores de entidad para, haciéndose valer de la confianza adquirida, ‘colocar’ productos tóxicos como participaciones preferentes, deuda subordinada, pagarés,… además, si los usuarios cambiamos tan fácilmente de compañía telefónica cuando estamos descontentos con ella, ¿por qué no cambiar de banco? Nada es eterno, y tampoco debe serlo la fidelidad a nuestro banco si no estamos contentos con él…