La Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión, votada en el parlamento estatal por PP, PSOE, PNV, CiU y CC establece que todo hospital, centro socio-sanitario o centro de salud puede ser gestionado por cualquier tipo de entidades existentes en derecho; es decir, permite la entrada masiva de la empresa privada directamente en la gestión y provisión de servicios. Un proceso que, en los últimos meses, comienza a iniciarse en todo el país y que afectará a cientos de miles de consumidores.

El seguro de salud privado es el único ramo del sector asegurador que ha crecido en los años que llevamos de crisis. En 2011 sus ingresos aumentaron un 3,06%, hasta 6.589 millones de euros. Una aparente rentabilidad y ‘buena salud’ que viene motivada, en parte, por los recortes que se están aplicando a la Sanidad pública. Muchos consumidores, de esta manera, están comenzando a sopesar la posibilidad de contratar un seguro de estas características.

 Diferentes tipos de seguros 

Dicen garantizar una asistencia rápida, eficaz y personalizada gracias a la inexistencia de listas de espera o la prestación de servicios de valor añadido, aunque no es oro todo lo que reluce. Los seguros de salud pueden ser de dos tipos: de enfermedad o de asistencia sanitaria.

Los primeros garantizan una indemnización económica en el caso de que el asegurado contraiga una enfermedad, con la que hacer frente a la pérdida económica originada por una interrupción eventual de la actividad laboral. Sin embargo, suelen excluir las alteraciones de la salud provocadas por accidentes. Por su parte, los seguros de asistencia sanitaria no prevén esta contraprestación, sino que corren con los gastos de asistencia médica, hospitalaria y quirúrgica… hasta un periodo de tiempo determinado.

Negocio con la salud de los demás 

Las aseguradoras son empresas y, como tales, buscan su máximo beneficio económico. En algunos casos el consumidor debe tener una salud casi ‘de hierro’ para poder tener un seguro. Antes de la contratación es recomendable que el cliente pase un completo examen médico, para que la compañía no pueda negar la prestación alegando que la posible enfermedad ya estaba presente en el momento de la firma. Si no se hace así tendrán que pasar dos años desde la firma para que no quepa ‘discusión’ alguna entre el tomador de la póliza y la aseguradora sobre la aparición de la enfermedad, descartando de esta manera que el paciente haya actuado con mala fe.

El Departamento de Estudios de ADICAE ha analizado los principales seguros de las compañías más fuertes de España, considerando las tres variables que modifican el precio de los seguros sanitarios privados: edad, sexo y provincia. Así, hemos simulado la contratación para hombres y mujeres de diferentes rangos de edad, residentes en una ciudad de perfil medio.

Los resultados son claros: Un hombre de 60 años puede llegar a pagar el doble que uno de 40; para una familia media –matrimonio de mediana edad con dos hijos y un abuelo- el coste puede anual puede alcanzar los 4.515,36 euros; hay importantes exclusiones, como asistencia sanitaria que precise ingreso en centro hospitalario, intervenciones quirúrgicas, radiología,… los seguros de salud privados no son, en líneas generales, en absoluto rentables.

Desgraciadamente los seguros de salud privados no funcionan todo lo bien que deberían. Así se desprende de los datos ofrecidos por la Dirección General de Seguros respecto a su número de reclamaciones. Tras los denominados ‘multirriesgo’, que acumulan el 68’87% de los expedientes, las reclamaciones relacionadas con el ramo de enfermedad se sitúan en el segundo escalón del ranking, con el 13’47% del total. Respecto a las reclamaciones resueltas, los seguros de enfermedad atesoran el 14’66% de las resoluciones y los de asistencia sanitaria el 12’98%, situándose en segundo y tercer lugar, sólo por detrás de los mencionados multirriesgos –31’22%-.

El principal motivo de las reclamaciones resueltas durante el primer semestre del año 2011 tanto en el ramo de vida, como en el de accidentes, y en el de enfermedad y asistencia sanitaria, ha sido la divergencia en la aplicación e interpretación de los condicionados de las pólizas, que pone de manifiesto que la transparencia y claridad de los contratos de seguros en general y de este tipo de pólizas en particular, sigue siendo un objetivo a alcanzar por parte de las entidades aseguradoras. En este sentido es fundamental que la información recogida en los contratos de seguros sea lo suficientemente comprensible y transparente, de tal forma que pueda ser entendido por quienes adquieren este tipo de productos.

  Principales aspectos a tener en cuenta 

Límites de hospitalización, tras los cuales el gasto corre a cargo del paciente.
Coberturas denegadas, como tratamiento de SIDA, intentos de suicidio, cirugía estética, tratamientos de esterilidad,…
Renovación de póliza. La compañía puede denegarla a aquellos pacientes que les generen demasiados gastos. Otra estrategia es renovarla, pero con aumentos considerables de las primas para motivar ‘bajas voluntarias’.
Suplementos por consultas médicas: algunas aseguradoras los cobran desde hace años.
Los precios varían en función de la edad, sexo, provincia, condiciones laborales,…

Desde ADICAE vemos con preocupación esta huida hacia la Sanidad privada que se está viviendo en los últimos meses ya que, como muestran los datos ofrecidos en este reportaje, los servicios sanitarios en manos privadas son excesivamente caros, lo que repercutirá negativamente a la ya de por sí maltrecha economía de todos los consumidores.

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