El organismo dirigido por Luis María Linde asegura en su informe anual de 2017 advierte de la baja rentabilidad de los bancos y de que estos aún poseen un volumen de activos bancarios deteriorado demasiado alto. El supervisor reconoce por tanto que los problemas de balance de la banca española aún no se han superado y que a este ritmo lento aún se tardará en superar.
El Banco destaca la profunda reestructuración y concentración del sector ya que cinco bancos controlan el 81% del negocio. ADICAE cree que esto es una mala noticia ya que reduce la poca competitividad existente y en consecuencia las elecciones del consumidor.
Mirando al futuro más próximo, el Banco de España cree que el principal reto a medio plazo al que está sometido el sector financiero es el nuevo marco competitivo derivado de las nuevas tecnologías. “La innovación financiera supone un reto y una oportunidad para los bancos. Cabe esperar un aumento de la competencia en determinados segmentos y ciertos cambios en la demanda y en la forma de proveer los servicios bancarios, que obligarán a las entidades a un proceso de anticipación y adaptación.” En este sentido, ADICAE cree que el cambio en las relaciones con la clientela y la corrección de las prácticas abusivas recurrentes son clave para la mejora de la competitividad.
Por otro lado, el supervisor advierte a las entidades de que con las “transformaciones que están surgiendo”, asociadas a internet, el tratamiento masivo de datos y la automatización de los procesos se han disminuido las barreras de entrada en determinadas actividades de la banca tradicional permitiendo la posibilidad de nuevos competidores que lleguen al cliente bancario.
Por ello recomienda a las entidades que si no quieren perder clientela deben anticiparse a los posibles cambios en el entorno y les exige más inversión en innovación. Una vez más el Banco de España se vuelve a olvidar de los consumidores y pide a los bancos que implementen los cambios de forma rápida, no para satisfacer a los clientes y facilitarles los servicios, sino para no perder cuota de mercado. “Este reto resulta aún más complejo si se tiene en cuenta el entorno actual de baja rentabilidad y la incertidumbre existente sobre la viabilidad de los distintos proyectos.”, advierte.
La demanda de los clientes es acceder desde cualquier sitio y por cualquier canal a una amplia gama de servicios financieros, lo que exige a su vez, según el Banco de España, un cambio en la estructura y modelo de negocio. “En este sentido, algunos de los proyectos que se desarrollan en el contexto de la última ola de innovación tecnológica digital, conocida comúnmente en el ámbito financiero como fintech, pueden transformarse con facilidad en herramientas operativas para el negocio bancario”, asegura.
El supervisor asegura que este nuevo modelo tiene cosas negativas y también positivas. El primero de los beneficios que cita el Banco de España es una mayor inclusión financiera, algo paradójico, cuando precisamente por el nuevo entorno se está empezando a hablar por primera vez en España de “exclusión financiera”. Entre lo negativo, advierte de la erosión de la rentabilidad de las fuentes tradicionales del ingreso de los bancos, “elevando el riesgo”.
El organismo dirigido por Luis María Linde estima que la banca tiene un gran potencial en este ámbito por delante ya que la penetración de la banca digital es muy escasa. “El elevado grado de penetración del móvil y, sobre todo, el bajo número de clientes por oficina, que se sitúa por debajo del de todos los países analizados, proporciona a la banca española un alto potencial de mejora”.
Los datos no mienten. España se sitúa en cuarta posición en Europa por el número de transacciones financieras en efectivo, con una penetración de la banca digital en 2017 del 46%, por debajo del 51% de la UE-28 y muy alejada de los países más digitalizados, como Islandia (93%), Noruega (92%) o Dinamarca (90%). Pese a que el 86% declara haber usado Internet, España tiene un porcentaje de individuos que pidieron un préstamo bancario por Internet (2%), o que compraron acciones o bonos, o suscribieron una póliza de seguro o la renovaron por este canal (5%), muy reducido.