El saldo vivo en créditos a corto plazo, según el Banco de España, terminaba el año 2013 en alrededor de 29.000 millones de euros, que es la cifra más baja registrada por el supervisor desde que comenzó la crisis, desde el año 2006 concretamente. Los consumidores hemos llevado a cabo grandes esfuerzos para rebajar este saldo de préstamos al consumo un 31% desde los más de 42.000 millones vivos en 2008. Pero a las entidades financieras poco les importa esto; desde ese 2008, los intereses en esta clase de préstamos no han parado de aumentar.
Y ahora circulan en máximos, como buena parte de los gastos vinculados con la banca en España. Así, según las estadísticas del Banco de España, el interés medio al que se presta dinero a un plazo de hasta cinco años está por encima del 10%, frente al 5,95% de media registrado en la Zona Euro. Y para préstamos al consumo de más de cinco años, esta tasa de interés está en el 7,25%, frente al 3,2% de media en el resto de los países de nuestro entorno.
Esto es, los créditos al consumo en España se conceden, si es que se conceden, en condiciones abusivas, llenas de comisiones, gastos y vinculaciones, y a unos intereses que más que duplican lo que se estila fuera de nuestras fronteras. Otra estadística que demuestra la facilidad con la que las entidades bancarias cargan sobre los consumidores las consecuencias de sus malas prácticas y su gestión irresponsable. Una gestión, como recuerda ADICAE, que está detrás del sobreendeudamiento que padecen millones de consumidores con créditos; en buena parte, son usuarios sometidos al abuso hipotecario y a las facturas impagables los que deben recurrir a estos préstamos.
El crédito al consumo, el microcrédito, y el crédito rápido, todos ellos son la puerta de entrada hacia el sobreendeudamiento de las familias. Un sobreendeudamiento que la asociación recuerda que proviene de los abusos bancarios en hipotecas (cláusulas suelo, diferenciales abusivos, comisiones) en ahorro (baja rentabilidad, riesgos, escasa liquidez, productos tóxicos) y en plena crisis también en consumo de bienes y servicios de sectores estratégicos, como la luz, el gas o los carburantes, que están entre los que más se han encarecido en toda Europa.
Por ello la asociación insiste en que las autoridades tomen cartas en el asunto y, en el caso de los créditos al consumo, establezcan procedimientos correctores y que protejan a los consumidores, y que se apruebe una normativa contra el sobreendeudamiento que permita a aquellos ciudadanos atrapados en deuda asfixiante ordenar sus ingresos y sus abonos. Los intereses de estos préstamos en España han subido un 25% en España desde 2009 -mientras que en el resto de Europa han bajado un 10%- sin que haya una correspondencia con la propia evolución del mercado crediticio en España.