Llega septiembre y, con él, aumentan las necesidades económicas de cientos de miles de familias en nuestro país. Los gastos de las vacaciones, llenar la despensa tras el periodo estival, la vuelta al colegio de los niños… son gastos que muchas familias no pueden soportar y, quizá, tengan que recurrir al crédito bancario. Con el Euribor abriendo el mes en el -0,05% y los tipos de interés del Banco Central Europeo en el 0,0%, el tipo de interés de los créditos al consumo en España debería fluctuar en porcentajes no mucho más elevados. Todo lo contrario. Según datos oficiales del Banco de España, los créditos concedidos por la banca española son, de media, mucho más caros que los que las entidades de crédito ofrecen en la Eurozona.
Mientras en nuestro país se paga un tipo de interés medio del 8,72% TAE en las operaciones a plazo entre 1 y 5 años -las más comunes, puesto que los créditos más largos suelen ser créditos hipotecarios-, en la Eurozona el tipo de interés baja hasta el 5,06%, es decir, un 72% más caro. Para el cómputo general de todos los créditos al consumo, la diferencia entre la media española y la de la eurozona es de un 33%: 8,25% frente a 6,18%.
Son intereses que se podrían considerar usurarios si realmente se aplicara la Ley de Represión de la Usura, una ley de 1908 y que fue revisada el 8 de enero de 2001. En su artículo 1 indica claramente que “será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero (actualmente 3%) y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso o en condiciones tales que resulte aquél leonino, habiendo motivos para estimar que ha sido aceptado por el prestatario a causa de su situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades mentales”.
Todos aquellos consumidores que quieran recurrir al crédito bancario para financiar sus gastos de consumo deben tener muy claras las condiciones de dichos créditos, la cuota mensual y el precio final del crédito. Para ello, la mejor herramienta es el simulador de créditos al consumo de ADICAE, totalmente independiente de cualquier entidad financiera.
Hay numerosos parámetros de la contratación de estos productos que a día de hoy carecen de control claro y completo por parte de los reguladores del sistema financiero español -en este caso, Banco de España y Ministerio de Economía-. En primer lugar, el coste de los créditos y los intereses remuneratorios y de demora, claramente usurarios. Por otro lado, el clausulado de los contratos y el control de la información que se facilita al consumidor en los procesos de contratación. De esta manera, siguen siendo los consumidores los grandes paganos de la crisis de liquidez y solvencia por la que sigue atravesando la banca española.