La banca vuelve a las andadas. Tras muchos meses sin usar las redes de oficinas como punto central de venta de productos complejos, Banco Sabadell ha decidido comenzar a colocar hasta 500 millones de euros en bonos simples, a un plazo de 18 meses y un tipo de interés fijo del 1,095% nominal anual con un importe mínimo de suscripción de 1.000 euros.

Va a comercializar ‘Bonos simples del Sabadell’, un producto que define como de «renta fija privada» pero que puede acarrear pérdidas si se quiere vender antes de ese plazo de amortización. Lamentablemente los depósitos tradicionales están dejando paso a otro tipo de productos no garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), entre ellos los bonos, que están jugando un papel decidido en la captación de capital por parte de la banca.

Estos bonos son valores de renta fija que representan una deuda para su emisor -el banco en este caso-, devengan intereses -aquí el cupón es trimestral- y tienen un vencimiento determinado. En cuanto a la prelación, forman parte de los acreedores ordinarios, que cobran después de los privilegiados y los que gozan de garantías reales o adicionales.

 Mucho riesgo para poca rentabilidad 

El primer riesgo es el del cobro del capital invertido y los intereses, en caso de liquidación de la entidad financiera. Los depósitos y cuentas, hasta 100.000 euros por cliente y banco, están garantizados por el FGD. Los bonos, en cambio, dependen sólo de la solvencia de la entidad.

Por otra parte tenemos el riesgo de mercado, si queremos vender nuestro bono en el mercado secundario antes del vencimiento. Cotizará a un precio determinado, pudiendo perder dinero en la transacción. Con los depósitos, en cambio, lo máximo que el consumidor puede perder son los intereses, según la comisión de cancelación anticipada marcada.

Además existe el riesgo de pérdida de liquidez: puede darse el caso de que queramos vender anticipadamente el bono y en el mercado secundario nadie compre esta emisión, con lo que no podríamos obtener liquidez en el momento elegido.

“No es que los bonos sean mejor o peor producto que otros, pero no cuentan con las garantías de productos seguros como los depósitos a plazo fijo. Para la asunción de ese riesgo inherente al bono y que puedan resultar interesantes, deberían ofrecer una rentabilidad muy superior a los depósitos ofrecidos por entidad, y no suele ser el caso. Y como siempre recomendamos desde ADICAE: no invierta si no entiende perfectamente el producto. No se crea la frase comercial: es igual que un plazo fijo, porque no lo es” explica el responsable de Ahorro e Inversión de ADICAE, Javier Contreras.

En cuanto a la propia documentación que informa sobre las características de este producto advierte expresamente que «el precio de cotización de los bonos podrá evolucionar favorable o desfavorablemente según las condiciones del mercado, pudiendo situarse en niveles inferiores al precio de emisión, de manera que el inversor que quisiera vender sus bonos anticipadamente podría sufrir pérdidas.

Asimismo hay que indicar que el folleto informativo recoge que «los inversores asumen por completo el riesgo de crédito del emisor, de forma tal que si éste deviniera insolvente o no pudiera hacer frente a sus obligaciones de pago, el inversor no recibiría el principal y/o el rendimiento de su inversión.» Hay que advertir, por tanto, que los ahorros en estos productos no están acogidos al Fondo de Garantía, que cubre hasta 100.000 euros en aquellos casos en que la entidad no pueda cumplir sus compromisos por quiebra u otra circunstancia.

“En definitiva, el consumidor debe evaluar todos estos riesgos, conocer cuál su perfil como ahorrador y ver si son productos adecuados para él”, aconseja Contreras.

Abrir chat
1
💬 Consulta tus dudas de consumo
Escanea el código
Hola👋
Si tienes cualquier consulta o duda sobre consumo puedes hacerla por aquí