Europa acudió solícita en apoyo de los bancos españoles, pero no ayudará a rescatar a los consumidores afectados por irregularidades bancarias, cientos de miles de ciudadanos que solicitaron un ahorro sin riesgo y vieron su dinero atrapado en fraudes como el de las preferentes, y millones de familias que han pagado y siguen pagando recargos hipotecarios ilegítimos a través de cláusulas suelo. Así lo ha dejado bien claro el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, que atestigua la negativa de los socios europeos a poner dinero para indemnizaciones bancarias.
Los países miembros de la Unión Europea que han aportado fondos para la reestructuración bancaria quieren que problemas como el de las preferentes en España «se paguen con dinero español», según el también comisario europeo de Competencia, que desliga de una manera un tanto torticera la recapitalización bancaria en España con la puesta en el mercado de productos irregulares y la proliferación de abusos hipotecarios y en comisiones que han permitido a los bancos españoles recapitalizarse con cientos de miles de millones de euros a costa de nuestros bolsillos.
El comisario y vicepresidente de la Comisión Europea se ha referido al problema en España con las participaciones preferentes durante su intervención en Valladolid en el Foro Económico, organizado por el diario El Norte de Castilla. «Ha sido una estafa», ha declarado Joaquín Almunia al ser preguntado por casos como el de quienes suscribieron estas participaciones en el Banco CEISS. Un reconocimiento ‘político’ que, sin embargo, se antoja muy insuficiente.
«Es una situación lamentable que exige responsabilidades», ha añadido Almunia en declaraciones recogidas por Efe; y ha recordado que planes de reestructuración como en el que está inmerso el Banco CEISS, para integrarse en Unicaja, están siendo financiados con dinero de otros países. Por ello, estos países europeos «no quieren que se paguen las compensaciones» a quienes fueron estafados con su dinero, sino «con dinero español, de quien sea» pero no procedente de fondos comunitarios.
[entresacado]Los consumidores ya nos hemos visto obligados a salir a las sedes europeas en España para recordar a las instituciones internacionales que no es tolerable justificar el fraude para sanear la banca. La Troika ha sido cómplice del fraude de las preferentes y otros productos tóxicos[/entresacado]Lo cual es, en verdad, una trampa que asegura otro frente de batalla para los consumidores. La declaración de Almunia sigue en la línea que ha emprendido la Troika, el entramado internacional que ha impuesto sus criterios en la gestión de la crisis económica española, y que ha puesto a los consumidores en el punto de mira, como principales paganos de una crisis que no hemos generado. Ya han dejado caer su preocupación por que las demandas colectivas como las que impulsa ADICAE contra preferentes o cláusulas suelo puedan afectar a la reestructuración financiera en España, un extremo que la asociación considera absurdo.
Y ahora el comisario Almunia incide en este discurso al advertir de que no habrá dinero europeo para resarcir a los consumidores defraudados. Algo que confirma el temor entre las autoridades económicas de que se confirme un fraude a gran escala que obligue a indemnizaciones milmillonarias por la irresponsable praxis bancaria. Y que, además, fortalece las tesis de la asociación en pro de la defensa de estos consumidores, de tal manera que está preparando ya una estrategia de defensa colectiva a nivel europeo que implicará que aquellos casos que en España no tengan solución favorable a los usuarios sean llevados ante los tribunales europeos.
De momento, los consumidores ya nos hemos visto obligados a salir a las sedes europeas en España para recordar a las instituciones internacionales que no es tolerable justificar el fraude para sanear la banca. La Troika ha sido cómplice del fraude de las preferentes y otros productos tóxicos, el cual estalló hace ya dos años y en el que se hizo repercutir en los afectados por los productos híbridos el coste de sanear el sistema financiero en su conjunto a través de injustas quitas y canjes arbitrarios.
