Desde 2007 España está sumida en una profunda crisis de la que los consumidores están siendo los principales paganos, con una tasa de paro del 22,5% que, en consecuencia, merma los ingresos de los hogares. Esto se refleja, por ejemplo, en los 642.000 cortes de luz por impago de suministro que llevaron a cabo las grandes eléctricas en 2014. Esto está motivando que cada vez sean más los consumidores que, a la desesperada, optan por ‘engancharse’ a la luz para poder subsistir en sus hogares. En 2014 las eléctricas abrieron 164.731 expedientes por este motivo.

Lejos de intentar poner fin al alza de los precios, o de reconocer la electricidad como un servicio básico, de primera necesidad, Endesa se lanza ahora a ‘señalar’ a aquellos que deciden engancharse a la luz porque no pueden pagarla. Durante estas semanas, la compañía está enviado a sus clientes un folleto explicativo de su ‘Campaña contra el fraude eléctrico’, en el que alerta sobre la peligrosidad de esta práctica y pide la colaboración del consumidor para luchar contra este “delito que afecta directamente a su bolsillo”.

Según Endesa, “cuando alguien manipula el sistema eléctrico, nos pone en riesgo a todos. Ante cualquier acontecimiento excepcional (tormentas eléctricas, inundaciones por roturas, etc) una instalación manipulada se convierte en un peligro que puede ser muy grave”. A continuación, en un párrafo más pequeño, podemos leer que “Endesa garantiza la confidencialidad de las personas que remitan cualquier actividad fraudulenta y el resultado de las verificaciones que se realicen como resultado de la información recibida, a menos que los casos comporten acciones judiciales”. Con estos argumentos, la eléctrica apela al miedo para que los consumidores denuncien a usuarios que hayan manipulado una instalación eléctrica.

Una ‘caza de brujas’ en toda regla

Además las eléctricas también acusan a los consumidores de manipular los contadores eléctricos, con sus respectivas multas. Si el contador es de alquiler pertenece a la distribuidora eléctrica, que es la que debe ocuparse de revisarlo y repararlo, pero, en cambio, es el consumidor el responsable de lo que le pase al contador y el encargado de pagar en caso de error.

Si de verdad quieren luchar contra el fraude eléctrico, las compañías deberían bajar el precio de sus tarifas para evitar que los consumidores utilicen este tipo de medidas en lugar de iniciar estas cínicas campañas, que no son más que una ‘caza de brujas’. Hay que recordar que España es el tercer país con la luz más cara de Europa, solo por detrás de Malta y Chipre.

En lugar de alentar la cultura del ‘chivatazo’ y el castigo, Endesa podría ofrecer mecanismos de mediación y tarifas reducidas a los clientes con dificultades económicas, permitiéndoles llevar una vida digna hasta que pudieran afrontar de nuevo el pago normal de la factura. Además hay que recordar que Endesa ha cerrado el primer semestre del año con un beneficio de 870 millones de euros, cifra que representa un aumento del 17,1 % respecto al mismo período del ejercicio anterior.

Así, es del todo punto lamentable que Endesa gaste su tiempo y su dinero en armar una campaña de esta calaña, pero no dedique ni el más mínimo esfuerzo a informar sobre las tarifas reguladas y cómo acogerse al bono social, al que podrían acceder casi 6 millones de familias pero que, por desconocimiento, solo tienen contratado aproximadamente 2,5 millones de familias en España. De este modo, seguro que Endesa estaría más cerca de contribuir al cumplimiento del artículo 47 de la Constitución Española, que reconoce el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, para lo cual -se entiende- el acceso a la electricidad es un mínimo exigible.

Desde ADICAE animamos a todos los consumidores a seguir pautas de ahorro energético, defender sus derechos ante los abusos de las eléctricas y continuar exigiendo un precio justo por la luz.

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