En los cuatro años que dura la crisis financiera actual, los seis mayores bancos españoles han pagado a sus accionistas más de 29.000 millones de euros en dividendos. Una cifra que, de haberse destinado a sus necesidades de solvencia, las habría cubierto sobradamente. Según la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), la banca española requiere 26.000 millones para alcanzar el 9% de capital básico. Esos mismos bancos están aplicando una política de cobrar más a sus clientes, principalmente aumentando las comisiones o aplicando algunas que hasta ahora no usaban.
Para seguir manteniendo el ‘pay out’ (parte del beneficio que se destina a dividendo) a sus accionistas, la Banca ha decidido realizar parte de ese pago en acciones propias. Esa decisión ha permitido a la Banca contentar a sus inversores sin verse obligada a destinar la mitad de sus resultados a remunerarles, algo que habría aumentado sus dificultades para obtener liquidez y mejorar la solvencia. Además, durante los cuatro años de crisis sus beneficios se han reducido un 40%, sin que ello haya tenido efecto sobre el ‘pay out’, que se ha mantenido en ese 50%.
En datos absolutos, el banco que más dinero ha destinado a dividendos durante la crisis ha sido el Santander que ha pagado más de 17.005 millones de euros a sus accionistas, incluyendo un pago en acciones por valor de 49 millones. El siguiente en esa lista es el BBVA que ha abonado 7.211 millones. A mucha distancia aparecen el Popular, con 1.433 millones y Banesto y Sabadell, con 1.253 y 950 millones, respectivamente.
Nueva vuelta de tuerca a las comisiones
Precisamente para mejorar su liquidez y solvencia, la Banca ha echado mano de una ‘nueva’ fuente de ingresos: las comisiones que cobra a los consumidores. BBVA, Barclays, Popular, Santander y Bankinter han comenzado a cobrar entre 0,18 y 0,50 euros por apunte a los clientes que no tengan algún producto financiero suyo o tengan la nómina domiciliada. Y en menos de un mes, el BBVA va a empezar a cobrar por usar cajeros de Servired que no sean de su red de oficinas. Y el precio es bastante disuasorio: 1,20 euros, el doble de lo que cobra ahora.
Este ‘alegre’ aumento de las comisiones que la Banca cobra a los consumidores es fruto de la política de liberalización aplicada en los últimos años por el Ministerio de Economía, de Elena Salgado, que permitió a la Banca, desde el 8 de julio de 2010, dejar de incluir «en los folletos de tarifas las comisiones por los servicios de pago que prestan», según se especifica en la página web del Banco de España.
El mismo banco supervisor indica que «las tarifas para servicios de pago ya no forman parte de los elementos a verificar por el Banco de España». En ese sentido, apuntan que que «la información es individual para cada cliente y previa a la realización de la operación», por ello, la Banca puede decidir «voluntaria y libremente (…) informar sobre ellas en sus folletos».
Y dándole una vuelta más a esa política ultraliberalizadora del ministerio de Elena Salgado, la Orden EHA/1608/2010, de 14 de junio, más conocida como Orden de Transparencia, establece que esas comisiones «pueden tener o no, el carácter de máximas, así como, aplicarse a todo tipo de clientes, o bien sólo a una categoría de los mismos». O sea, que queda a criterio de la Banca el aplicar las comisiones que quiera, por el importe que quiera, mientras informe del coste.