El coste de financiar estudios universitarios se dispara en España. A los 1.110 euros de media anuales que cuesta estudiar un grado, o los 2.020 euros de un máster, se suman gastos de material escolar, o el alquiler de una vivienda si se estudia fuera de la localidad de origen. Por ello miles de familias se ven abocadas a pedir un crédito a una entidad financiera, cuyos costes se han encarecido un 32,55 % en el último año, según el estudio realizado por ADICAE.
ADICAE ha analizado los 28 principales productos que ofrecen las entidades para costear los estudios universitarios. Con tipos de interés a tipo fijo en su mayoría, las entidades imponen una TAE media del 9,08 %, respecto al 6,85 % de 2015. Así, los alumnos del curso 2016-2017 se encuentran desde créditos al 4 % (Cajasiete) hasta el 11,66 % de Banco Popular (11,66 %) o el 13,60 % de Sabadell, aunque la palma se la llevan BBVA (23,91 %) y Santander (24,13 %). En muchas ocasiones, estos altos intereses suelen estar camuflados en la letra pequeña y difuminados tipográficamente, pasando inadvertidos.
Ojo con productos vinculados, altas comisiones y carencias
El análisis de ADICAE ha detectado que en los créditos al estudio también se obliga a contratar productos asociados como seguros de vida (CaixaBank, Oficinadirecta.com) y de accidentes (Sabadell) y otros como un plan de pensiones comercializado por Liberbank con el señuelo de reducir el interés. Y, en la mayoría de los casos, conllevan la domiciliación de nómina o pensión.
ADICAE recuerda que no hay ninguna ley que obligue a contratar un producto vinculado cuando se suscribe un préstamo, por lo que el consumidor siempre puede negociar con la entidad y valorar si le conviene o no aceptar estos productos, que encarecen el préstamo a través de las comisiones que tienen por sí mismos y merman su independencia de actuación frente al banco.
Algunas de las comisiones son elevadas teniendo en cuenta que van dirigidos a estudiantes. Santander y BBVA aplican las comisiones de apertura más altas: hasta un 3 %; les sigue Sabadell, con un 2 %. Hay que añadir las comisiones de cancelación o amortización parcial o anticipada, que oscilan entre el 0,5 y el 1 %.
Una de las supuestas ventajas de estos créditos son sus periodos de carencia (hasta de 5 años) durante el tiempo en que el alumno se encuentre inmerso en sus estudios, tiempo en el que solo paga intereses pero no capital del crédito. Pero la ‘ayuda’ no es tal puesto que, transcurrida la carencia, los intereses se calculan sobre la cantidad que queda por pagar y en consecuencia acabará pagando más dinero al banco.
Créditos rápidos: peligrosa alternativa
Una creciente alternativa pero nada aconsejable es la de los créditos rápidos y microcréditos. Tras la aparente facilidad para conseguir y devolver el dinero, se esconden altísimos intereses, con TAE que llegan al 19,50 % (Cetelem) o sangrantes 1.915 % (Vivus) o 5.431 % (PepeDinero).
Para que cualquier ciudadano aprenda a evitar que el crédito se convierta en una trampa, ADICAE ha publicado el ‘Manual práctico sobre el crédito rápido y el crédito al consumo’ y el estudio ‘La realidad del crédito no hipotecario en España. Análisis económico y jurídico del crédito al consumo y los créditos rápidos’.
Control de las instituciones
Mientras el BCE facilita crédito a coste cero a la banca, esta sigue sin trasladar a las familias las medidas dirigidas a reflotar la economía real. El Ministerio de Economía y el Banco de España deben poner fin a unas condiciones abusivas para los estudiantes y sus familias. Y más teniendo en cuenta que, según la Ley de Represión de la Usura, en vigor desde 1908, no es legal imponer intereses notablemente superiores al normal del dinero y manifiestamente desproporcionados, en un momento en el que el tipo de interés legal está en el 3 % según el Banco de España, y el Banco Central Europeo mantiene los tipos de interés de la eurozona en el 0 %.
Asimismo, ADICAE anima a los estudiantes y sus familias a buscar otras alternativas antes de acudir a estos préstamos, como las becas de instituciones públicas, programas de las universidades de ayudas al estudio o el préstamo de familiares.