Llega el final de curso, momento de relax para muchos estudiantes y de quebraderos de cabeza para multitud de familias que, atosigadas por el aumento de las tasas universitarias y del IVA al material escolar del pasado verano, comienzan a meditar sobre cómo pagarán los estudios de sus hijos el próximo curso. Decididamente estudiar en España es cada día más caro para las clases populares. Quienes decidan financiar sus estudios mediante un crédito financiero deberán hacer frente a intereses claramente abusivos, incluso usurarios.
A diferencia de antaño, ahora la banca ni siquiera se molesta en ocultar las leoninas condiciones de sus créditos destinados a financiar los estudios, aunque no sean oficialmente ‘créditos al estudio’. Salvo contadas excepciones como la cínica campaña orquestada por Bankia, ese gigante financiero con pies de barro que mientras se derrumba quiere ‘dar cuerda’ a nuestras ilusiones, la mayoría de los bancos no envuelven sus créditos en celulosa. Basta con rascar un poquito sobre su publicidad para encontrar unas condiciones que en nada favorecen ni a los estudiantes ni a sus familias
Con los tipos de interés fijados por el Banco Central Europeo en el 0,50% queda claro que la banca está haciendo un negocio redondo con los estudios de los españoles. Teniendo en cuenta este dato hay entidades financieras que llegan a exigir por un crédito al consumo unos intereses hasta 53 veces superiores a los estipulados para la financiación de la banca. Todos los créditos analizados son francamente perjudiciales para los estudiantes, puesto que acabarán pagando mucho más de lo que pidieron en un principio.
Especialmente sangrantes son los casos de Banco Popular y La Caixa, que obligan a devolver el crédito en 12 y 11 meses respectivamente. ¿Si un estudiante no tiene dinero para pagarse sus estudios, cómo va a conseguir, en menos de un año, este dinero y los intereses generados? Además hay que tener en cuenta que algunas entidades pueden imponer la contratación de productos vinculados como tarjetas de crédito, por lo que el coste final del préstamo se encarece todavía más ya que hay que sumar las comisiones derivadas de estos productos.
Son muchos los estudiantes que no están pudiendo pagar los créditos que han venido pidiendo en los últimos años para pagar sus estudios. El último ejemplo es el de los 2.235 estudiantes de master y doctorado que en el curso 2010-2011 pidieron al Ministerio de Educación un Préstamo Renta Universidad ICO, que en principio no debía devolverse si no se alcanzaba un nivel de renta superior a 22.000 euros una vez finalizada la carrera y sin intereses, pero el Gobierno cambió las condiciones y ahora deben devolverse a razón de 300 euros mensuales. La mayoría de estos estudiantes están ahora en el paro y no pueden hacer frente a los pagos.
Nunca financie sus créditos con tarjetas
Además, como hemos comprobado, hay entidades que ofrecen la financiación de estos préstamos al estudio mediante tarjetas de crédito, como es el caso de Citibank y Barclays, que imponen los intereses más elevados de los préstamos analizados. Esto encarece mucho el importe final del préstamo, ya que a los intereses abusivos que aplican estas compañías.
Asimismo es preciso huir totalmente de las tarjetas ‘revolving’, con las que el consumidor puede disponer del dinero que le haya dado su entidad financiera de manera continua porque, a medida que se va gastando el dinero disponible, la deuda se regenera y vuelve a su estado inicial. De hecho hay muchas tarjetas revolving que limitan el porcentaje de pago máximo al 25% de la deuda, eternizando el pago de intereses a favor del banco.
ADICAE exige mayor regulación
Desde nuestra asociación consideramos que el Banco de España y el Ministerio de Economía deberían poner fin a estas condiciones totalmente abusivas para la concesión de crédito a los estudiantes, con las que los bancos se aprovechan sangrante y vergonzosamente de los estudiantes y de sus familias. Según la Ley de Represión de la Usura, en vigor desde 1908, «será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso o en condiciones tales que resulte aquél leonino». Es el caso de todos los créditos estudiados. ¿Por qué no se les hace cumplir la legislación vigente a las entidades de crédito?
Es necesario que Banco de España y Ministerio de Economía inicien una campaña de inspección y control para erradicar estos tipos de interés y condiciones claramente abusivas en este tipo de contratos, destinados a financiar la formación de toda una generación de jóvenes estudiantes.