La energía es uno de los sectores de consumo que más reclamaciones genera, junto con el de telecomunicaciones. Desde el inicio de la crisis, la luz y el gas han incrementado su precio de manera exponencial, situándose a la cabeza de Europa. A esto se suma la actual reforma eléctrica y el cambio en el modelo de facturación, que ADICAE califica como un galimatías del que se están aprovechando las eléctricas para comercializar de manera abusiva sus servicios de electricidad.
A la asociación llegan centenares de consultas que atestiguan hasta qué punto esto es así. Para empezar, se registran múltiples dudas con los términos de potencia, la parte fija del recibo de la luz, uno de los elementos fundamentales que explican el encarecimiento que ha venido registrando en los últimos años. Los consumidores se ven sometidos a una información confusa y tendenciosa por parte de las eléctricas, que aconsejan en sus páginas web y a través de sus comerciales términos fijos sensiblemente superiores a los necesarios para un hogar estándar.
Tan superiores que, tras el análisis de las facturas de la luz que llegan a las sedes de ADICAE, se llega a la conclusión de que elegir un término de potencia adecuado puede abaratar la factura entre un 20 y un 30%. Para un hogar estándar, una familia de cuatro o cinco personas con electrodomésticos habituales, sin lujos pero sin privaciones, un término de potencia de entre 3,4 y 4,6 kilowatios es más que suficiente, frente a lo que aconsejan las eléctricas, que recomiendan contratar potencias fijas de entre 5,75 y 8 kilowatios.
Además, ADICAE detecta una importante ofensiva comercial de las eléctricas para vender contratos de ‘tarifa plana’ a los consumidores. Las comercializadoras de energía españolas tienen bien clara la estrategia, trasladar a los consumidores desde las tarifas reguladas hacia el mercado libre, en ocasiones sin consentimiento del usuario. Pero ahora van más allá; su ofensiva comercial se dirige directamente a formalizar contratos de precio fijo mensual, los más caros para el cliente.
La puerta para ello está en los teleoperadores de las principales comercializadoras de electricidad españolas, al finalizar cualquier consulta de cualquier consumidor que se haya puesto en contacto con el servicio de atención al cliente de su compañía. La dinámica es sencilla: una vez resuelta (o no) la cuestión consultada, se redirige al consumidor al departamento comercial de la empresa. Es allí donde el operador de telemarketing despliega sus tácticas de venta para convencer al usuario de que le interesa un tipo de factura de precio mensual fijo, con la que «va a saber siempre cuánto va a pagar, independientemente de los vaivenes del precio de la luz». Esa seguridad, sin embargo, es entre un 10 y un 20% más cara.
Mesas informativas en toda España
ADICAE, que lucha por crear consumidores críticos y responsables, inicia una campaña de difusión de información sobre los derechos de los consumidores en materia energética bajo lemas como “Por un precio justo en los suministros”. Durante el transcurso de esta campaña se explicará la nueva normativa en materia de servicios de consumo de energía, sus efectos en los derechos del consumidor y la forma de reclamar ante irregularidades que le suponen al usuario cada vez mayor coste para su bolsillo.
Así, la asociación colocará mesas informativas por la mañana y tarde en diferentes lugares de las principales ciudades de España en donde se ofrecerán publicaciones de difusión y trípticos informativos sobre los derechos de los consumidores en este ámbito. Los consumidores cuentan también con la red de oficinas de ADICAE, donde no sólo encontrarán información sobre sus derechos en relación con los suministros, sino que también sobre los medios para reclamar de manera efectiva. Próximamente, la asociación pondrá a disposición un servicio de orientación al consumidor de atención presencial, telefónica y online.