Más de 500.000 ejecuciones hipotecarias en España desde que comenzó la crisis. Cientos de miles de familias que se han visto abocadas no solo a la pérdida de su vivienda habitual debido a los impagos hipotecarios, sino también a afrontar unas desmesuradas costas judiciales. En definitiva, cientos de miles de familias que tendrán una deuda prácticamente perpetua, con pocas posibilidades de rehacer su vida. Y sin embargo…
Y sin embargo la morosidad hipotecaria de las familias no es ni mucho menos el mayor problema para la banca, aunque así lo quiera hacer creer. De los 569.692 millones de euros en créditos con garantía hipotecaria que atesoran las familias españolas, ‘solo’ 32.288 están considerados por el Banco de España como ‘créditos dudosos’. Esto es, el 5,7% del total.
Entonces, ¿dónde está el gran ‘agujero negro’ de la exposición al ladrillo de la banca española? A tenor de los datos recogidos por el Banco de España, está en la morosidad de las empresas ligadas al sector de la construcción, que ya alcanza el 34,3%. Es decir, de los 60.154 millones de euros en créditos que atesora este sector, 20.617 podrían no llegar a pagarse nunca.
No se puede meter en el mismo saco a los consumidores –que hacen auténticos malabares para pagar sus préstamos y llegar a fin de mes- que a la industria del ladrillo que, además de ser la morosa número 1 -la morosidad de la industria es del 13,12% y de la agricultura, ganadería y pesca del 13,6%-, tiene a su alcance herramientas como el concurso de acreedores o la dación en pago –que conceden muchos bancos a las promotoras- para ‘escapar’ a sus deudas algo que, lamentablemente, siguen sin tener los consumidores.
Estos datos reflejan claramente que políticos y banqueros se siguen escudando en excusas cuando han asegurado que aprobar medidas como una moratoria hipotecaria de tres años o la dación en pago, repercutirían negativamente en la economía. Las empresas tienen acceso a herramientas como la Ley Concursal o la dación en pago –que la Banca suele conceder a las promotoras- para ‘escapar’ del pago de sus deudas. Es evidente que no sería más gravoso para la economía que se pudiesen acoger a esas medidas, o similares, el 5,7% de familias que no pueden pagar su hipoteca que el hecho de que ya lo hagan el 34,3% de las empresas del ‘ladrillo’.
