Desde 2011, fruto de las continuas subidas de los precios de la luz y del hartazgo de los consumidores ante las malas prácticas del sector, las grandes distribuidoras de energía eléctrica en España han perdido casi 600.000 clientes. Durante los últimos cuatro años Endesa se ha dejado por el camino 423.000 usuarios, Iberdrola 100.000 y Gas Natural Fenosa 48.000. Fruto de esta sangría de clientes, han iniciado una fuerte ofensiva para captar clientes puerta a puerta.

ADICAE y la Plataforma por un nuevo Modelo Energético, de la que forma parte nuestra asociación, han constatado que en los últimos meses vienen produciéndose numerosas irregularidades por parte de los comerciales de las grandes compañías eléctricas, que han puesto en marcha una agresiva campaña para captar clientes. Van de casa en casa ofreciendo a los vecinos un cambio de contrato que incluye suculentas ofertas y descuentos. Pero con las siguientes facturas llegan las sorpresas: resulta que el usuario que se ha acogido a alguna de estas «ofertas» termina pagando mucho más que antes en su recibo de la luz.

Los comerciales se aprovechan del desconocimiento y confianza de los vecinos para incluir en el contrato servicios no solicitados y subir el término fijo (potencia contratada) sin ser necesario, lo que redunda en un aumento final de la factura.

 Cínicas campañas para repescar antiguos clientes 

Además de las campañas ‘puerta a puerta’, algunas comercializadoras siguen enviando cartas a antiguos clientes prometiéndoles descuentos si ‘vuelven a casa’. Una de estas campañas está destinada a clientes que dejaron las grandes eléctricas hace un año, y la empresa les advierte de que “posiblemente los descuentos que le venían aplicando en su factura estén a punto de acabarse”, por supuesto sin especificar a qué hipotéticos descuentos hace referencia.

En estas cartas se indica que “afortunadamente nunca hemos dejado de estar atentos a sus necesidades y estamos preparados para hacerle una nueva oferta que mejore sus condiciones”. Sin embargo, en la carta no se detallan las condiciones de la oferta sino que se pide al cliente que llame a un número de teléfono. ¿El objetivo? Cerrar la contratación en una llamada realizada por el cliente ya que, tras la reforma de la Ley de Defensa de los Consumidores y Usuarios, en el caso de que sea el cliente el que llame a la empresa, la entidad queda libre de cumplir la confirmación por escrito. A través de la contratación telefónica se evita que el ciudadano pueda analizar detenidamente la propuesta sobre papel. Así, se deja la puerta abierta para que el consumidor sea víctima de prácticas abusivas y para que no se apliquen realmente estos descuentos.

“Póngase en contacto con nosotros y vuelva a disfrutar de tarifas con precios competitivos, interesantes promociones y los más completos servicios”, indica la cínica misiva. La energética en ningún momento puede tener constancia de las condiciones contractuales de sus exclientes.

Por todo ello recomendamos a los usuarios de electricidad que desconfíen de las ofertas comerciales realizadas por las empresas, bien sea a través de carta, publicidad o directamente a través de comerciales ‘puerta a puerta’, a los que no deben enseñar sus facturas. En caso de duda o consulta, puede consultar a organizaciones de consumidores como ADICAE que velarán por la defensa de sus derechos.

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