Las familias parecen haber puesto punto y final a la financiación continua de la que se valían en los últimos años y que, al fin y a la postre, no hacía sino aumentar su sobreendeudamiento familiar. Ahora, afortunadamente, “ya no se contraen nuevas deudas” celebra el presidente de ADICAE, Manuel Pardos, quien recalca que “antes había un endeudamiento incitado por los bancos”.
La deuda acumulada en los créditos al consumo ha caído en un 5’5% en el último año, y del montante global de los préstamos sólo un 21% corresponde a este tipo de créditos. Hace cuatro años eran el 25%. Ahora se financian menos operaciones al consumo, que eran las más caras de devolver a causa de los intereses que imponía la Banca.
Ante las graves consecuencias del sobreendeudamiento familiar, la mayor parte de la población “ya ha aprendido la lección, aunque sea a la fuerza”, indica el presidente. A partir de ahora “el crédito responsable depende más del ciudadano que del banco. No hay que dejarse llevar por una financiación ilimitada y, sobre todo, se debe analizar si se va a poder pagar la cuota durante toda la vida del préstamo”, explica Manuel Pardos.
