Cuentan con su propia financiera y con su división de seguros. Sus tarjetas de pago están entre las más abusivas de entre todas las ofertas de grandes firmas comerciales, que no son pocas. Y ahora, además, se encargan ya de planificar el perfil del consumidor de este futuro más inmediato. En realidad, han jugado un importante papel en su configuración, en la proliferación de esos abusos que han empeorado su situación. Las empresas del grupo Carrefour, una de las mayores multinacionales de distribución comercial minorista en Europa, ya están trabajando para adaptar su oferta a ese nuevo perfil del comprador que ellos mismos se han encargado de fomentar.
Lo confesaba el director general de Carrefour, Georges Plassat, estos días en Valencia durante un foro de la patronal Aecoc, entidad que agrupa a fabricantes y distribuidores relacionados con la hostelería y la industria agroalimentaria. El foro, que ha reunido a numerosos responsables empresariales, ha debatido acerca de cómo la actual crisis económica ha modificado y sigue modificando los hábitos de consumo de los ciudadanos. Y Plassat lo ha resumido en una sencilla frase: “Las clases medias en Europa están desapareciendo”.
Estos consumidores, que fueron el motor del desarrollo de la gran distribución, se han reducido por la crisis, por la disminución de sus recursos. “Las clases medias han sido desgastadas en provecho de la productividad de las empresas y su desaparición es un hándicap para nosotros”, ha señalado, recordando que el espíritu de mejora y de superación de estas clases fue uno de los factores que explican el crecimiento de los supermercados e hipermercados; la sociedad de consumo como cemento ciudadano.
Han perdido clientes
La intervención de Plassat resulta aún más interesante si cabe, porque deja entrever un ‘mea culpa’ que resulta incluso irónico. “Creíamos que ganábamos mucho rebajando salarios», refiere el responsable de Carrefour ante la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, «pero hemos eliminado una parte de nuestros mejores clientes”. Como consecuencia, el precio seguirá siendo una de las claves del negocio para las empresas de supermercados e hipermercados.
Apunta que esta transformación social bajo la crisis, con la incorporación de la mujer al mercado laboral, y con el aumento de los microhogares y la escasez de recursos, ha transformado las necesidades. Fruto de ello Plassat asegura que se dirigen ya a “un consumidor que come menos”. Por todo ello, “el volumen no será la opción del futuro”. Plassat se mostró convencido de que el hipermercado tiene más viabilidad, frente a los establecimientos de proximidad, incapaces de reducir costes de explotación y de adaptar sus precios a la cada vez menor capacidad adquisitiva de los usuarios.
Los datos estadísticos confirman este perfil que apunta el responsable de Carrefour, a quien desde su posición se le debe exigir un mayor compromiso por mejorar las condiciones de vida de quienes deberían ser su objetivo prioritario, sus clientes. La renta media de los hogares españoles ha caído casi un 10% en los últimos cuatro años. Dos tercios de las familias del país no son capaces de destinar dinero al ahorro. Y cerca de un 40% de los consumidores asegura tener dificultades para llegar a final de mes, en una espiral que aboca a cada vez más personas al sobreendeudamiento. Que Carrefour, con sus tarjetas de pago, fomenta.