Con los bancos cada vez más reacios a conceder créditos, han proliferado en Internet empresas que se presentan como intermediarias para el préstamo entre particulares. No se trata de «entidades de crédito» es decir bancos o cajas, ya que no tienen autorización legal para operar como tales. Sí pueden conceder créditos o mediar en su concesión, como reconoce una ley de 2009. Lo que no pueden hacer en ningún caso es captar ahorro. Sin embargo existen algunas de estas entidades que en su actuación podrían estar captando ahorro.
La estrategia de estas empresas por internet pasa por poner como anzuelo escasos requisitos para la persona que pide el crédito y una alta rentabilidad para el “inversor”. En PréstamosP2P y Receptum, el solicitante del préstamo pone como garantía su vivienda y debe afrontar elevados intereses, así que no es ni mucho menos “dinero fácil”. En el caso de Comunitae, el dinero pasa por una cuenta de la propia compañía, desde la que se ingresaría tanto el dinero solicitado como los intereses y vencimientos del prestamista.
En su forma de presentarse, estas empresas parecen estar más interesadas en atraer el dinero de particulares en busca de «alta rentabilidad» (serían los futuros prestamistas) que en actuar como intermediarios para préstamos equitativos. Esto plantea la duda sobre si su forma de trabajar no está más próxima a la banca de lo que se asegura, lo que obligaría a un mayor control por parte de las autoridades. Este tipo de empresas en principio no están controladas por el Banco de España, dependen de las autoridades de Consumo autonómicas (según la ley 2/2009) que vergonzosamente siguen sin desarrollar ni aplicar eficazmente esta ley. Si se demuestra que captar «ahorros» para luego prestarlos, en tal caso sí que sería competencia del Banco de España su control.
La idea de un trato solo entre personas queda desvirtuada, ya que estas empresas actúan como intermediarias, unas en mayor grado que otras. En el caso de Comunitae, el dinero no va directamente de persona a persona, sino que está depositado en una cuenta corriente propia reservada al efecto. Aseguran que “comunitae.com ni lo invierte en ningún activo financiero ni lo utiliza para el ejercicio de su actividad”. En Receptum y en PréstamosP2P (según el modelo de escritura que propone en su web) el traspaso de dinero es directo entre las partes..
Aunque parten de la misma filosofía de préstamos entre particulares, hay dos modelos en estas webs, las que piden como garantía la vivienda (préstamos hipotecarios, en Receptum, PréstamosP2P) y las que no (préstamos al consumo, en Comunitae). En esta última, la persona que quiere recibir un préstamo debe colgar en la web la cantidad de dinero que solicita y el tipo de interés que está dispuesta a pagar, que deberá ser aproximado al que Comunitae recomienda (un 13%). Una vez hecho esto, quienes quieren prestar dinero pujan por esas ofertas. Por tanto, en cierto modo es la empresa la que fija el coste financiero de la operación. Algo lógico si consideramos que debe posteriormente remunerar a los prestamistas que «invierten» su dinero.
¿Está Comunitae buscando captar ahorros? En su web se puede leer: «Aquí puedes presatr dinero y obtener una rentabilidad superior a la de lso depósitos (con menos riesgo que preferentes, convertibles, estructurados, etc)». Ofrecen como gancho para el prestamista pagos de intereses que van del 8,9% al 10,89%, sin bien esta “rentabilidad” no está garantizada y depende de si la persona que recibe el crédito (prestatario) va pagándolo. De clasificar la solvencia de estos prestatarios se encarga la propia empresa. Aunque es un préstamo entre particulares, quien paga los intereses y vencimientos al prestamista es Comunitae. ¿No hay aquí una labor propia de una «entidad de crédito»? ¿Se está dejando operar a alguna de estas empresas como si fueran «bancos»? ¿Estamos seguros como consumidores?
Con garantía hipotecaria
Las plataformas PréstamosP2P y Receptum ofrecen préstamos entre personas, pero con garantía hipotecaria. Así, quien solicita financiación, para tener acceso a ella, pone como garantía un inmueble, que en caso de impago podría perder a través del leonino procedimiento hipotecario. Las empresas evalúan la solvencia del solicitante; con esos datos el prestamista examina dicho inmueble y marca el interés al que está dispuesto a prestar su dinero así como el plazo. Si ambas partes están conformes, firman el acuerdo en una notaría . Las empresas solo ejercen como intermediarios, en el caso de Receptum a cambio de una comisión como mínimo del 10% y además incluye los gastos como tasación y gestoría. PréstamosP2P asegura que sus beneficios vienen de “la posible intermediación en los servicios profesionales adicionales ofertados a nuestros clientes”, pero no han atendido la consulta de ADICAE sobre este punto para conocer la existencia de otro tipo de comisiones.
Aunque los intereses a pagar quedan sujetos al trato al que lleguen las partes, se asegura que el interés es más atractivo para el prestamista que el que ofrecen los bancos, ya que se trata de un crédito directo. PréstamosP2P no ofrece datos al respecto, mientras que Receptum habla de una rentabilidad -y por tanto de un tipo de interés para el solicitante- que irá del 8% al 25% TAE, pero indican que la media está en el 18% (un tipo bastante alto, en cualquier caso).
Falta de regulación
Estas páginas, tal como ofertan sus productos financieros, y a pesar de no ser bancos, parecen actuar como tales al presentarse como una forma de invertir el ahorro. En el caso de Comunitae, la existencia de una cuenta intermedia plantea aún más dudas. ADICAE considera que es necesario un mayor control de este tipo de empresas, desde el momento en que parece que centran su actividad en atraer ahorros.