Las deficiencias en la política de inversión de Agrupació Mútua han llevado a la Dirección General de Seguros a tomar el control de la gestión de Mútua nombrando dos administradores, destituyendo al presidente y al consejo de administración. Las pérdidas de la compañía (13,5 millones de euros en 2008) tienen su origen en su excesiva exposición al ladrillo (Agrupació Mutua cuenta con una participación del 70% en la inmobiliaria Amci Habitat), y en el sector financiero (Agrupació controla más del 25% de Bankpime, que el año pasado perdió 4,7 millones de euros). Todo pone sobre la mesa de debate el control sobre la política inversora de estas entidades que, hasta ahora, parecían a salvo de la crisis. Lo que interesa por el momento es determinar cómo quedan los derechos de los casi 380.000 clientes.
Además de transparencia, la confianza es un requisito imprescindible para el buen funcionamiento del sector financiero. Evitar que la mala situación financiera de una entidad contagie a otras, supone en definitiva eliminar cualquier posibilidad de que los consumidores recelen de la salud del sistema financiero, un sector imprescindible hoy día para el funcionamiento de la sociedad, como la crisis actual está demostrando. La existencia de mecanismos para paliar esta situación se hace necesaria dada la presencia del pequeño ahorrador, del consumidor, que ha accedido de manera generalizada a unos productos dispersos y difíciles.
Situación compleja
Todo esto se logra a partir de la elaboración de una normativa precisa, de la actuación supervisora a cargo de la administración y, finalmente, a través de unos mecanismos posteriores para corregir posibles situaciones de insolvencia. Estos elementos deberían bastar para evitar situaciones como la de Agrupació Mutua o, no hace mucho, Centro Asegurador o las Mutuas en el caso de la crisis de Eurobank. Sin embargo, la realidad supera las expectativas, ya sea porque el criterio de prudencia que deben presidir las decisiones de estas compañías a menudo se incumple, o bien por la imprevisibilidad de los mercados. Sea como fuere la situación en que quedan los clientes en tales casos exige una respuesta rápida para evitar esas situaciones de contagio que hablábamos en líneas precedentes.
La situación de Agrupació Mutua, ejemplo de esas nefastas políticas de inversión, nos va a permitir analizar los mecanismos con que cuenta nuestra normativa para afrontar estas situaciones de crisis con el menor menoscabo posible de los derechos de los usuarios.