El debate entre los candidatos de los dos partidos políticos mayoritarios españoles, Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, pasó sin pena ni gloria para los consumidores y usuarios de servicios financieros y para más de cuatro millones de hipotecados. Ninguno de los dos candidatos ofreció propuestas de solución concretas para los cientos de miles de familias que se encuentran en riesgo de perder su vivienda, ni para los cientos de miles de consumidores que se sienten engañados e incluso estafados por la Banca -un 47% de la población califica a estas actuaciones como fraude, según un estudio realizado por ADICAE-.

Los abusos hipotecarios ni siquiera aparecieron en el debate. A ambos contendientes parece darles igual que existan más de tres millones de consumidores que están siendo víctimas de las abusivas cláusulas suelo. Tampoco ofrecieron ninguna solución para los 512.049 embargos que, según el Consejo General del Poder Judicial, se han producido en España entre enero de 2008 y junio de 2011. Esto supone, aproximadamente, el 3’5% de los votos. Por supuesto, no hubo ni una sola referencia a hipotecas tóxicas, embargos, desahucios, dación en pago, o los numerosos fraudes al ahorro que ha habido en los últimos años: Forum, Afinsa, Arte y Naturaleza,… que han sufrido más de 500.000 ciudadanos. Esto es, otro 3’5% de los votos aproximadamente.

 Un debate repleto de reproches, falsedades y medias verdades 

Sí aparecieron otros temas de interés para los consumidores de servicios financieros, como el escándalo de la recapitalización del sistema bancario español, que ha costado a los españoles más de 21.500 millones de euros procedentes del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Este Fondo tiene una dotación mixta de 9.000 millones de euros, de los cuales 6.750 corren a cargo de los Presupuestos Generales del Estado.

Rubalcaba aseguró una y otra vez que el Gobierno no ha facilitado dinero a la Banca para su recapitalización pero sí lo ha hecho, mediante unos préstamos que la Banca, en principio, debería devolver… si tiene capital para hacerlo. Además el candidato socialista olvidó que las escasas medidas que ha tomado el Gobierno a favor de los hipotecados han resultado un rotundo fracaso. Por su parte Rajoy insistió en que, si él llegase a gobernar, nunca daría dinero público a la Banca. Mientras Rubalcaba parecía olvidar que el FROB se financia parcialmente a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, Mariano Rajoy, también amnésico, olvidó que el Partido Popular votó a favor de la creación de este fondo público de ayuda a la Banca, el 8 de julio de 2009, con las alabanzas de su portavoz económico Cristóbal Montoro.

 Ninguno se hace cargo de una burbuja inmobiliaria que negaron y alimentaron 

También fue bochornoso comprobar cómo ambos contendientes se pasaban la burbuja inmobiliaria del uno al otro como si de una patata caliente se tratase. Rubalcaba hizo especial hincapié en que la burbuja se creó bajo el mandato de José María Aznar, especialmente a raíz de la aprobación de la Ley del Suelo de 1998. Por su parte Rajoy acusó al socialista de no haber pinchado la burbuja inmobiliaria.

En su día ambos partidos negaron hasta la saciedad la existencia de tal burbuja. Por ejemplo en el PP Rodrigo Rato, entonces ministro de Economía, indicó el 26 de abril de 2003 que “no estamos ante una burbuja”, mientras Cristóbal Montoro indicaba que “el concepto de burbuja inmobiliaria es una especulación de la oposición que habla insensatamente de la economía del ladrillo y olvida que la construcción es un sector fundamental” –2 de octubre de 2003-. Por parte socialista Pedro Solbes, ministro de Economía, decía el 4 de octubre de 2004 que “la burbuja inmobiliaria ha empezado a corregirse”, mientras que la ministra del extinto Ministerio de Vivienda socialista, Beatriz Corredor, indicaba el 16 de marzo de 2008 que dicho año era “excelente para comprar vivienda”. Es decir: entre unos y otros no solo negaron la burbuja inmobiliaria sino que, además, la alimentaron hasta que acabó explotando.

Cínicamente Rubalcaba, además, indicó que el Gobierno socialista había tardado demasiado en “deshinchar” la burbuja inmobiliaria. La burbuja, que todavía no ha desaparecido completamente, no ha ido disminuyendo por ninguna acción política. Es más, su partido trató de darle respiración asistida con la Ley de Reforma del Mercado Hipotecario de diciembre de 2007, que apenas tenía en cuenta los derechos de los consumidores y a raíz de la cual aparecieron figuras hipotecarias como las hipotecas flotantes, recargables o las inversas, todas ellas nocivas para el consumidor y beneficiosas para la Banca.

Por su parte el Partido Popular, en la página 60 de su programa electoral, asegura que impulsará “acuerdos de colaboración público-privada para la movilización del stock de viviendas vacías (…) que den respuesta a las necesidades de acceso a la vivienda”. ¿Se está refiriendo aquí Mariano Rajoy a volver a dar facilidades a constructoras, promotoras, inmobiliarias y bancos para que ‘refloten’ el mercado inmobiliario? ¿Pretende el Partido Popular crear una ‘Burbuja Inmobiliaria 2.0’? En el debate, ni palabra de ello.

 Vaguedades respecto al sobreendeudamiento y el control de las entidades financieras 

El resto de temas que preocupan a los consumidores de servicios financieros apenas aparecieron. Rubalcaba explicó que pretende crear un impuesto a la Banca que sirva “para crear empleo”, pero no explicó ni cómo ni cuándo, ni indicó qué mecanismos establecería para que dicha tasa no acabase repercutiendo en el bolsillo de los consumidores en forma de un nuevo aumento de las comisiones bancarias.

También indicó que el Banco Central Europeo debe bajar los tipos de interés “para que el crédito llegue a los hipotecados”, olvidando aparentemente que las decisiones del Banco Central Europeo no responden a ningún impulso ni petición política, y no ofreciendo ningún otro tipo de solución para que el crédito llegue a las familias que, eso sí, considera excesivamente sobreendeudadas. Por supuesto, no hubo ninguna mención por parte de ninguno de los dos candidatos a la creación de una Ley de Sobreendeudamiento Familiar, reivindicación histórica de ADICAE y del Consejo de Consumidores y Usuarios.

Tampoco quedó claro en qué consiste el denominado ‘banco malo’ público para los activos tóxicos del grueso de la Banca que pretende crear el Partido Popular, ni qué control llevaría a cabo Mariano Rajoy sobre los activos tóxicos de las entidades financieras.

En definitiva, ninguno de los dos candidatos ofreció soluciones para los más de tres millones de hipotecados con cláusula suelo –ambos partidos se niegan a regularlas y a reconocer su abusividad por ley-, para las 313.826 familias que han perdido su vivienda entre enero de 2007 y junio de 2011 –PP y PSOE han votado en contra de impulsar reformas hipotecarias de gran calado para los consumidores en repetidas ocasiones-, ni explicaron cómo evitar el desfalco producido en las entidades financieras –rescates del FROB, indemnizaciones millonarias,…-, ni cómo poner coto a los abusos bancarios –la Banca acumula cientos de miles de denuncias-, ni a las comisiones abusivas –que han crecido espectacularmente desde 2007-, ni al sobreendeudamiento familiar,… ganase quien ganase en el debate, lamentablemente, los que perdieron fueron los consumidores y usuarios de servicios financieros y los hipotecados.

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