El Plan ‘Queremos ser tu banco’ fue vendido, durante varios años, como el proyecto estrella de Banco Santander. Decían que era un plan para disfrutar de “cero euros en comisiones de servicio indefinidamente” e incluía ciertas ventajas como descuentos en comercios o espectáculos, seguros de salud, sorteos… pero desde la aparición de la ‘Cuenta 1,2,3’, el Santander ya no quiere ser nuestro banco. Ahora liquida el plan y obliga a sus más de cuatro millones de clientes (cifras de 2012, último dato disponible) a vincularse todavía más con la entidad o pagar 132 euros al año en comisiones y, por supuesto, a olvidarse de todas las ventajas asociadas a ‘Queremos ser tu banco’.
Hasta ahora los beneficiarios de ‘Queremos ser tu banco’ solo tenían que cumplir una de estas condiciones para estar exentos de las comisiones de servicio: domiciliar su nómina, algunos seguros, una hipoteca, aportar 600 euros a un plan de pensiones o tener 500 acciones del banco. Ahora, tendrán que domiciliar su nómina, prestación por desempleo o pensión y, además, tener domiciliados al menos 3 recibos o usar como mínimo 6 veces al trimestre las tarjetas de débito o crédito emitidas por el banco.
El Santander pretende engordar todavía más el lucrativo negocio de las comisiones bancarias, con el que obtuvo en 2014 9.696 millones.
Quienes no lo hagan, y ahora viene lo escandaloso, tendrán que pagar nada menos que 8 euros al mes de comisión de mantenimiento de la ‘Cuenta día a día’ y otros 3 por la renovación mensual de la tarjeta principal. Esto hace un total de 132 euros anuales, lo que convierte a Banco Santander en una de las entidades con las comisiones más elevadas del mercado, según datos del comparador de comisiones bancarias de ADICAE.
Así, el Santander pretende engordar todavía más el lucrativo negocio de las comisiones bancarias, con el que obtuvo en 2014 9.696 millones de euros, o aumentar el nivel de vinculación de sus clientes, a lo que hay que añadir que el banco se queda entre un 0,20 y un 0,50% de cada recibo, según su libro de tarifas.
Además, en la carta enviada a los beneficiarios de ‘Queremos ser tu banco’, se les anima a contratar la Cuenta 1,2,3, publicitada como una cuenta con “una atractiva rentabilidad”, a pesar de que tal y como destapó ADICAE, se trata de un producto que puede generar pérdidas. Además el banco ha duplicado recientemente la comisión de mantenimiento que cobra por dicha cuenta en Reino Unido, pasando de 3 a 7 euros mensuales (84 euros al año). ¿Cuánto tardará en aumentar las comisiones de dicha cuenta para los clientes españoles? En Reino Unido solo ha tardado tres años…
Es preciso regular las comisiones bancarias en España
Esta nueva maniobra del Santander refuerza las tesis de ADICAE de que es preciso parar inmediatamente la sangría de las comisiones bancarias. El establecimiento de unas reglas del juego razonables no sólo resulta necesario para ordenar un ámbito del negocio bancario caracterizado por la arbitrariedad de las entidades y la ausencia de control efectivo por parte del Ministerio de Economía y el Banco de España.
El criterio de “proporcionalidad” debe ser referencia clave en la aplicación de comisiones. Es injustificable, por ejemplo, que el mero hecho de tener una cuenta bancaria acarree unos costes de 132 euros anuales como pretende imponer el Santander, por lo que la nueva norma que está preparando el Ministerio de Economía a raíz del cobro de dobles comisiones en cajeros automáticos por parte de CaixaBank debe clarificar que no se podrán establecer ni cobrar comisiones por conceptos que supongan un cobro desproporcionado respecto a la prestación del servicio solicitado por el consumidor, clarificando qué ha de entenderse por desproporcionado.
Además ADICAE considera necesario prohibir que las comisiones se usen para enmascarar problemas de balance, limitando su porcentaje sobre los ingresos totales de la entidad; que se establezca un régimen de comunicación previa de las comisiones al Banco de España y a los representantes de los consumidores y mecanismos de interlocución y negociación con los mismos, o impedir la duplicidad de comisiones por un mismo servicio, clarificando situaciones como el coste de la retirada en cajeros.